“Como decíamos ayer…”, al estilo Fray Luis de León, pero solo una semana después y no cuatro años, retomábamos el partido como si no hubiera habido que aplazarlo la semana anterior por una incidencia en las instalaciones. 18-6 en el marcador del pabellón del San Pablo CEU Sanchinarro, y por delante 27 minutos de baloncesto colegial en toda su expresión.

Salían a morder los tiburones de Virgen de Mirasierra, buscando la remontada diferida, con más pasión que acierto: 21-10 tras completar este primer cuarto.

Apretaba la defensa local para evitar que se les apareciera la Virgen (de Mirasierra, claro): taponazo de Zúñiga para evitar lo que parecía canasta segura de Romero, contraataque de Marco para culminar solo: 25-12. Pero defensa dura a veces significa conceder tiros libres, y es lo que pasó en esta ocasión: los visitantes se agarraban al partido desde el 4.60: 25-17.

Cada buena acción de los de Mirasierra, a quienes les costaba un mundo cada canasta, tenía respuesta inmediata de los de Sanchinarro, que aparentemente lo hacían más fácil. Así no iba a llegar la remontada. Hasta que la combinación González – Romero obligó a “coach” Guillermo Sánchez a pedir tiempo con 29-23 mediado el segundo cuarto, para algarabía de la numerosa hinchada visitante.

Ojo, que Virgen de Mirasierra se lo creía: defensa de libro para agotar la posesión, rebote ofensivo para que González pusiera el 29-27. La canasta lateral de Zúñiga dio algo de aire al San Pablo CEU (31-27), que lograban irse al descanso por delante, 35-33, gracias en buena parte a su dominio del rebote (21-14). Pero los tiburones, que mordían en defensa (¡13 robos a estas alturas de partido!) habían vuelto al partido para quedarse: el parcial 14-23 auguraba una segunda parte tremenda

Empezaba con tiro libre de Bardají para que el CEU siguiera por delante… porque la fe de Mirasierra seguía intocable: ¡qué triplazo frontal de Gómez para el 37-36!

Perdonaban los visitantes una y otra vez hasta que, ahora sí, culminaron la remontada: triple de Aller para el 37-39. Primera ventaja en todo el partido – y toda la semana- para Virgen de Mirasierra. Ya no la soltarían. 

La tensión y la competitividad estaban en el ambiente: se anulaba la canasta local de Zúñiga por una infracción anterior, Gómez robaba, anotaba y recibía falta para los visitantes. Tiempo muerto con 37-41 y 14 minutazos por delante.

La cosa se relajó un poco, pero la marea era azul oscuro y las tornas habían cambiado: ahora era cuando cada canasta local parecía costar un mundo y tenía cumplida respuesta de unos visitantes que anotaban con aparente facilidad: 41-48.

Con este marcador y a falta de 2:38, la pareja arbitral ordenó detener el juego un rato largo para calmar los ánimos en la grada. No olvidemos que ante todo debe primar la deportividad. Tiempo muerto largo para alargar aún más el partido más largo de la jornada.

Se enfrío el cronista, pero no lo hicieron las muñecas de los jugadores ni las defensas. Pese a esta larga pausa, Virgen de Mirasierra confirmó que la remontada era una realidad, con un parcial de 7-19 que no mentía nos íbamos 42-52 para afrontar el último cuarto.

Salía a morder el CEU, buscando remontar la remontada, con más pasión que acierto: tiro libre para el 44-52. Pero, una vez más, Mirasierra aplicaba la misma receta que tan bien le había funcionado: robo, a correr y contraataque.

Pero Joaquín Santos dijo que no se había terminado, y se echaba a los locales a la espalda: tiro libre, triple: 49-54. Pero también, glups, una falta antideportiva para detener el contraataque de Romero. Y éste lo aprovechó bien: triplazo para el 49-58, y, tras fallar precisamente Santos un triple forzado, canasta bajo el aro a la contra: 49-60.

Tan forzado era el lanzamiento triple de Santos que se cayó al ejecutarlo, haciéndose daño y teniendo que irse al banquillo, entre lágrimas y el aplauso del respetable. Quedaban todavía cuatro minutos por jugarse.

No se daba por vencido el CEU San Pablo, no se relajaba Virgen de Mirasierra. Ambos jugaron sus mejores bazas: la velocidad y a la desesperada quienes necesitaban remontar, jugadas largas los que querían mantener el marcador así.

Santos pudo volver a jugar el último minuto en el CEU, como parte de esa búsqueda local del milagro. Pero no lo hubo, el tiempo pasó inexorablemente y Mirasierra se llevó la victoria en Sanchinarro: 54-64.