Un año más, abril es el mes de las emociones fuertes en la Copa Colegial. En una tarde primaveral en Madrid, se enfrentaban en semifinales dos equipazos como son Corazonistas y Estudio. Ambos habían firmado una edición colegial impecable. Los locales venían de vencer con solvencia a San Ignacio de Loyola, mientras que Estudio superó los cuartos de final, con mucho sufrimiento, tras derrotar a Virgen de Mirasierra.

Inicio igualado

Como se preveía, el comienzo del choque fue igualado y frenético. Espoleados por su numerosa afición, Corazonistas golpeó primero. Con una gran circulación de balón en sus ataques, los locales firmaron un parcial inicial 7-2 liderados por un motivado Guillermo San Miguel. Enfrente Estudio pagaba los nervios de la cita (recordemos, nada menos que unas semifinales) aferrándose al acierto exterior de Nicolás Gómez.

A los tres minutos (7-7), llegó la acción más desafortunada y, sin duda, la que marcó el devenir del encuentro. Guillermo San Miguel, uno de los grandes baluartes de Corazonistas, se lesionó de forma fortuita en su tobillo. Abandonó la cancha sin apenas poder apoyar el pie… El silencio en el pabellón fue sepulcral. ¡Qué mala suerte!

A partir de entonces, Estudio olió sangre y pudo comenzar a mostrar sus habituales armas, sobre todo la del contraataque. Además, sus jugadores se mostraron muy acertados en la línea de tres, destacando especialmente en esta materia Eduardo Álvarez e Ignacio Linares. También entró en juego la pizarra del coach amarillo Alejandro Alonso, que ideó un inteligente sistema tras un tiempo muerto para uno de los triples de Eduardo Álvarez.

Despegue amarillo

Corazonistas lo intentaba todo, pero la fortuna era esquiva a sus jugadores, incluso marrando canastas fáciles debajo del aro. Buena culpa tuvo en parte la espectacular defensa de Estudio, con su zona press habitual a toda pista e intensa defensa sobre las líneas de pase en estático. El resultado al final del primer cuarto era elocuente (9-22).

El segundo acto tuvo una tónica similar. Estudio demostraba que la amplitud de su fondo de armario y jugones no tiene límites: José Ruiz, Ignacio Linares, Eduardo Álvarez… y por encima todos, emerge casi siempre la figura de Ignacio Cabrera, MVP de la pasada edición colegial y que parece tener intención de repetir en ésta. En la primera parte, él puso el tempo del partido, con puntos (6), rebotes (4), pero sobre todo una sensación de superioridad física y técnica dignas de elogio.

Reacción local

Enfrente Corazonistas le ponía mucho corazón, valga la redundancia, con un esfuerzo encomiable en pelear el rebote ofensivo -hasta once en la primera parte-. Sin embargo, el acierto brillaba por su ausencia -cero triples y un 21% en tiros de dos-. Ahora bien, en defensa, una zona 2-3 bien diseñada por Luis Cadenas, entrenador local, frenó la sangría amarilla. Además, el empuje ofensivo de Jorge Chacón y Diego San Vicente dio algo de oxígeno a Corazonistas con un parcial de 6-2 antes del descanso (17-34).

Tras el paso por el túnel de vestuarios, Corazonistas salió a morder, sabiendo que no tenían nada que perder. Con mucha más confianza, un par de canastas de Pablo Ballesteros y Diego San Vicente despertaron a la grada. “Sí se puede”, exclamaba la afición local. Sin embargo, Jorge Soriano, con sus bombas al más puro estilo Juan Carlos Navarro, se encargaba de mantener la distancia en el electrónico.

En defensa, Corazonistas alternaba la zona con la defensa individual, pero Estudio está muy experimentado en estas lides. Un nuevo parcial de visitante de 2-14, con cuatro triples incluidos -tres de Eduardo Álvarez-, ponía el choque visto para sentencia (27-54). Mención especial merece Álvarez, cuya muñeca y rápida mecánica de tiro le convierten en prácticamente imparable.

Corazón de campeón

Por si hubiera alguna duda, Corazonistas se tomó el resto del partido como si les fuese la vida en ello. Para empezar, los locales endosaron un parcial de 7-0 antes de finalizar el tercer cuarto a los mandos de Jacobo Miranzo.

En el acto final, los locales continuaron demostrando una competitividad increíble, buscando con ahínco reducir la diferencia, aunque el triunfo fuese una quimera. Sin embargo, el esfuerzo no siempre da sus frutos y Estudio continuó ampliando la diferencia en el marcador, buscando el extra pass y las esquinas con paciencia en ataque, con Nicolás Gómez y José Ruiz de playmakers. Los últimos minutos sirvieron para que ambos entrenadores diesen entrada a sus segundas unidades, quienes no sólo no bajaron el ritmo, sino que incluso por momentos lo superaron.

Aunque nunca sabremos qué hubiera pasado si Guillermo San Miguel no se hubiese lesionado, lo cierto es que Estudio fue muy superior a su rival durante toda la tarde, por lo que el marcador final hizo justicia al baloncesto desplegado (43-71). Con su eliminación, Corazonistas abandona el torneo colegial, con la tristeza de no haber podido competir por haber llegado más lejos, pero a buen seguro que volverán a intentarlo. El proyecto es sólido y con futuro. Mientras, por segundo año consecutivo, Estudio se planta en la final, con el sueño de hacer un doblete que sería histórico en la Copa Colegial. Tienen todo para conseguirlo. ¿Lo conseguirán? Les queda un último peldaño, pero sin duda, el más difícil. Seguiremos informando…