Partido de poder a poder en búsqueda de una plaza en la gran final de la Copa Colegial 2024. Y es que, tras un largo camino que arrancó en los fríos del invierno, la luz al final del túnel se iba a abrir o bien para San Agustín, que llegaba tras deshacerse de Jesús Maestro, Colegio Madrid, Isaac Newton y Estudiantes Las Tablas; o bien para Pilaristas, que hacían lo propio con Montserrat, Buen Consejo, Alameda de Osuna y Liceo Francés.

JORGE GARCÍA, THE BOSS

Dos equipos que podrían considerarse polos opuestos, en un choque brutal entre el físico y el talento. Ya desde el inicio el partido mostró que el rebote iba a ser una batalla perdida para San Agustín, debido a la gran superioridad que mostraba en esa faceta el equipo de Pedro Calvo. No obstante, a base de su jugón, Jorge García, aguantaba el marcador arriba con el 7-4 con los primeros compases.

Pilaristas no se había presentado a la lección de defensa, y la verticalidad al aro de San Agustín hacía daño a los Osos pardos. Sin ir más lejos, los visitantes sólo habían puesto sobre la mesa el 1vs1 muy resolutivo de Iñigo Cuadra y su superioridad al rebote. Y eso, ante el martillo pilón que son los Halcones, no es suficiente. Unos buenos destellos de Juan Bellod evitaban la catástrofe con el 21-15 al final del primer cuarto.

Tenía que mejorar mucho atrás Pilaristas para poder competir. Y aunque apareció Pablo Sánchez para mantener a su equipo, San Agustín, o, más bien, San Jorge García, mantenían una renta en el marcador que se zanjó con 23-19 con el descanso sobrevolando el Colegio San Agustín.

La tensión iba in crescendo, pues un pase a la final siempre vale cada esfuerzo. Y aunque Cuadra quería tirar de su equipo a la remontada, Rafael Amieva, desde las esquinas, sumó seis puntos claves para que San Agustín se fuese con ventaja al intermedio con el 31-24.

EL FÍSICO PUDO CON EL TALENTO

Salió Alejandro de la Huerta a la segunda mitad poniendo a su equipo en una defensa de espacios 2-3 buscando cortar de raíz la superioridad al rebote de Pilaristas y que Iñigo Cuadra dejase de romper a su par defensivo en el 1vs1, y le funcionó los primeros cuatro minutos de cuarto, apoyados también en su lanzamiento exterior, para el 40-33.

El maldito rebote defensivo, pensaría De la Huerta. Semejante sangría bien podría costarle el partido. Y así pasó. Se lo creyó Pilaristas, con un 0-7 puso la igualada 40-40 desde la defensa de Alfonso Rodríguez, y desde el 47-49 con el que finalizó el tercer cuarto, el equipo de Pedro Calvo no iba a dejar escapar esa renta ni soltar el liderato en el marcador. 

San Agustín se ahogó en la defensa match up que puso en pista Pilaristas, con una movilidad de los dos hombres de arriba saltando al trap 2vs1 que provocó sendas pérdidas en varios ataques locales que acabaron rompiendo el partido para un 47-56 a falta de 5:44 que parecía casi definitivo.

Las malas noticias se le sucedían a los Halcones, que veían como una referencia interior y anotadora como Rafael Amieva era expulsado por faltas, y daba aún más banda ancha a Pilaristas a seguir alimentándose de segundas oportunidades. Mucho tenía que liarla el equipo visitante para perder un partido que tenía encauzado… y bien estuvo cerca de hacerlo. Jorge García, con más corazón que piernas, intentó echarse al equipo a la espalda en busca de la remontada.

La electricidad de Eloy Santos dio un aire diferente a San Agustín, que se agarró a esa posibilidad de la remontada. Una vez que bajaron de los diez puntos, Pilaristas comenzó a ponerse nervioso, más aún cuando tuvo García en sus manos ponerse a dos desde la línea de tiro libre, desde donde estuvo errático en los compases finales.

Finalmente, tirando de oficio, calma, rebote y juego inteligente, el equipo de Calvo cerraría brillantemente un partido marcado por esa remontada, por los tiros libres fallados (36 en total, 12 locales y 24 visitantes) y el de la emoción que supone llegar a una final de la Copa Colegial 2024 con el definitivo 59-67 a favor de Pilaristas que cerraba una tarde de baloncesto brillante en el Colegio San Agustín.