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La verdad es que ser elegido Jugador de la Semana Bifrutas: ¡Está muy bien! En las primeras rondas, para un jugador es gratificante ver que tu esfuerzo y tu baloncesto han sido elegidos entre los de muchos otros jugadores, entre muchos otros partidos.
Ahora en cambio, las satisfacciones cambian. No es la satisfacción de ser el elegido entre muchos, sino la satisfacción de hacer historia, de haber jugado tu mejor baloncesto en los partidos decisivos, en el momento de la verdad, contribuyendo a que tu equipo y tu colegio hagan historia.
Así, Inés Mata, la formidable pívot de Liceo Frances fue el factor principal en que las Bleus vuelvan, 9 años después, a meterse en La Gran Final Colegial. Sus 11 puntos, su dominio total bajo tableros, su intimidación (6 tapones más incontables renuncias al tiro por parte de sus rivales), su simple presencia en pista fueron demasiado para unas bravas Arcángeles y fueron la piedra angular de la victoria de su equipo.
Respecto a Nico González, decir que, enfrentado cara en muchos momentos del partido con Jesús Sanz, posiblemente el pívot más dominante de esta edición, y a un Gredos San Diego que llegó a tener el partido en sus manos, nunca perdió la fe. Se la jugó cuando a todo el mundo le temblaba el alma, tiró y anotó de fuera, reboteó como un poseso, se lanzó al suelo por cada balón, siempre creyó en sus posibilidades y arrastró a sus compañeros a una remontada épica. Fue una de las mayores demostraciones de coraje, convencimiento y decisión de esta Copa: SIN DUDA.
Enhorabuena a ambos, a una Inés y unas Bleus que ya están en la Gran Final, y a un Nico y a un Brains que aún tienen que certificar su pase ante San Patricio este Lunes…en un partido que también va a ser una Cuestión de Fe.
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