Este partido bien podría definirse por el duelo de aficiones que se dieron cita en el Colegio SEIK Ciudalcampo para animar a sus respectivos equipos. Por un lado, la afición local que demostró ser una anfitriona ejemplar, y por otro los desplazados del Santa Catalina de Sena, entre los que se encontraban desde niños hasta abuelos, todos con el mismo propósito de animar a sus jugadores en cancha ajena. El ambiente del partido era digno de las fases finales de copa, y eso podía sentirse vibrar en los jugadores y entrenadores a pie de campo.

Y a pesar de lo que el marcador pueda hacer pensar, el partido hizo justicia. 

Primer cuarto: derroche de buen juego por parte de los dos equipos.

Como era de esperar, los primeros instantes se tornaron rápidamente de un frenetismo que finalmente acabó caracterizando el partido. Algunas imprecisiones por parte de ambos equipos de cara al aro hacían entrever los nervios iniciales de los jugadores de los dos quintetos titulares. Después de un minuto de juego, y tras un rebote de un tiro libre de Andrés Manuel Sanz Sánchez, Gonzalo Sanz Tejado consiguió abrir el marcador con una entrada a canasta a favor del equipo local.

Por parte de los chicos del Santa Catalina, el exceso de ganas generaba muchas opciones y posesiones, pero a su vez se traducía en una falta de precisión frente a canasta, hasta que Jaime Fernández Parrado consiguiera abrir el marcador visitante cuando ya habían transcurrido 3 minutos de juego.

Este juego rápido y eléctrico se fue contagiando también a los locales, y ambos equipos se embarcaron en un baile de juego ofensivo y defensivo en el que los puntos anotados pasaron a un segundo plano, y la espectacularidad del juego fue la protagonista. Rebotes, faltas, jugadas individuales y de equipo... Todo con la banda sonora de una afición que parecía no querer descanso, para terminar el primer cuarto con un marcador de 10 a 4.

Segundo cuarto: intensidad y garra

Los chicos del SEIK Ciudalcampo sin duda salieron a comerse la pista este segundo cuarto, sin dejar que transcurriera más de 1 minuto del crono con su marcador quieto. Fue Gonzalo Sanz Tejado de nuevo quien, tanto de manera individual como asociándose en un 2x1, consiguió anotar para alejar a su equipo todavía más. Eduard Arruga fue quien abrió la lata del Santa Catalina este segundo cuarto, y pareció que la actuación de su compañero hizo que Gonzalo de Elías recibiera una dosis de energía extra para llevar a su equipo en volandas por la cancha, haciendo la mayoría de puntos de su equipo. Pero fue su triple lo que consiguió recortar distancia, y también levantar a toda la grada para aplaudir su actuación. El marcador anunciaba 20-18 cuando ambos equipos se dispusieron a entrar en vestuarios.

Tercer cuarto: el equipo local da un golpe en la mesa

El Santa Catalina no dejó ni respirar a la afición, y nada más comenzar el tercer cuarto ya había anotado 2 tiros libres para empatar el marcador. Pero este cuarto se decantó a favor de los locales, que comenzaron a hacer gala de juego combinativo y mucho acierto de cara al aro. Todo el equipo hizo un trabajo impecable, tanto defensiva como ofensivamente, pero resaltaron nombre como Jorge Mur y Christian Ledesma, que con sus tiros y sus rebotes defensivos eclipsaron el juego visitante. Hicieron gala de desparpajo y gallardía, intentando triples y defendiendo con intensidad, lo que consiguió mantener a raya al equipo desplazado, para que el marcador terminara en un 33-20.

Cuarto cuarto: último arreón de fuerza de los visitantes

Ambos equipos parecieron querer demostrar que todavía no habían dicho nada, y tras un frenético comienzo de último cuarto, los locales abrían el marcador a cargo de Patxi Quintana, tras un rebote de Daniel del Pozo. Después de esto, los chicos del SEIK sabían de lo abultado del marcador, y parecieron bajar el pistón durante los últimos minutos, pero siempre con un ojo puesto y preparados para la acción. El Santa Catalina, a pesar de no ser rival en el resultado, sí que lo sería en ganas y dedicación, con un gran Jaime Fernández, escoltado de nuevo por Eduard Arruga. La grada visitante desplazada hasta Ciudalcampo recompensó este tardío esfuerzo sin dejar de alentar a sus jugadores a pesar del varapalo que mostraba el electrónico en lo alto del pabellón, y así el partido fue muriendo para acabar en un 41-26.