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15 de Marzo de 2019. Colegio Santa María Del Pilar
Octavos de Final Masculino
Crónica: Nicolás Araujo Cortés
Fotos: Laura García Higueras
16 Marzo, 2019
Se daban cita en el icónico colegio de Santa María del Pilar dos equipos en muy diferentes dinámicas, pero con una característica en común: ambos conjuntos llegaban con una ambición tremenda y con dos aficiones completamente volcadas tras un mes exacto desde que jugaron su último partido. Música a todo volumen por los altavoces, cartelería y patrocinadores por todo lo alto, la grada del pabellón prácticamente a rebosar, y en la pista 30 jugadores dispuestos a darlo todo por recompensar a su colegio con un meritorio pase a Cuartos de Final. Los locales con ganas de resarcirse tras algo más de una década desde que forjaron un equipo finalista, y unos Numantinos que el año pasado se quedaron a la orilla del estandarte, perdiendo en la Gran Final ante un todo poderoso Brains. La competitividad por las nubes, dos plantillas muy dispares, y muchísima expectación por ver si Arturo Soria sería capaz de plantar cara a unos Tigres que, de momento, no han ganado por menos de diez puntos en lo que va de competición.
La pelea en el marcador no duró más que los ocho minutos del primer asalto, y tras ese momento los Numantinos no pudieron hacer nada contra unos Tigres que tienen una altura y una preparación física que les puede llevar a alzarse con el primer estandarte de su historia. Los jugadores de Arturo Soria (en su gran mayoría de primer año) echaron mucho de menos a los compañeros que llevaron a su colegio a lo más alto en la edición del año pasado, mientras que los jugadores de primer año de Santa María del Pilar rebosaron confianza e intensidad en todas sus acciones. En un encuentro en el que tan solo pudimos presenciar dos aciertos desde el 6,75 y en el que ambos conjuntos erraron multitud de tiros libres, se impusieron las ganas y los centímetros de unos Tigres que son letales a la contra y en la carga de los rebotes ofensivos gracias a su máximo baluarte ofensivo, Fernando Álvarez-Cascos. El entrenador local ha conseguido motivar a un equipo dispuesto a todo, que esta vez arrolló a unos valientes Numantinos gracias a su intensidad, y, sobre todo, a su generosidad y juego colectivo, ya que a pesar de la paliza ningún jugador local llegó a los dobles dígitos en anotación.
Primer cuarto: SMP sale más intenso, los Numantinos aguantan la embestida
Siendo fieles al estilo del colegio de la calle Reyes Magos, se procedió a la clásica presentación de ambas plantillas con su triunfal entrada al campo desde el pasillo del pabellón. Acto seguido, y de manera muy cordial y respetuosa, ambos capitanes cogieron el micrófono para leer el huddle motivacional y dictar las normas y la filosofía en la que a todos nos gustaría que se desarrollase el encuentro: Y, ya con el himno de la Copa a todo trapo, los jugadores se lucieron en una rueda rápida mientras la afición visitante daba la nota intentando acaparar toda la atención… Y lo mejor de todo es que lo consiguieron, porque estos Arturo Soria Fans han demostrado una vez más que son una afición de diez.
Los locales ganaron el salto inicial (algo nada sorprendente) y en menos de quince segundos Joaquín Gómez ya había forzado dos tiros libres en una penetración al aro que parecía la jugada decisiva con la que se ganaría un partido. ¡Qué intensidad de inicio! Por el momento, los seguidores de Arturo Soria seguían siendo los protagonistas con divertidos cánticos a todo volumen, pero el jugador del equipo local materializó ambos lanzamientos con total confianza.
Los dos conjuntos comenzaron el choque en defensa individual, intentando averiguar las ventajas y estrategias que les pudiesen entregar las llaves para adjudicarse este codiciado encuentro de Octavos de Final. A priori, una conclusión era más llamativa que las demás, y esa era que Santa María del Pilar, una jornada más, gozaba de una notoria superioridad física sobre sus rivales. Poco tiempo tardó el entrenador Pedro Nieto en darse cuenta de esta ventaja, y se dejó la garganta pidiendo a sus jugadores que corriesen y corriesen para ser quienes impusiesen el ritmo de partido. Todo el pabellón pudo escuchar este tempranero y sonoro esfuerzo que les pedía el técnico.
Con un minuto ya transcurrido, tampoco tardó en aparecer la figura interior de los Tigres de Santa María del Pilar, Fernando Álvarez-Cascos: recibe en la pintura, recula ganándole la posición a su defensor, y estiloso ganchito a una mano en el poste bajo. Fácil.
Manuel Moreno fue el encargado de estrenar el marcador visitante, y menos de diez segundos después Nicolás Lorenzo ya había dado la réplica con una bandeja a la contra; de esas que tanto le gustan al alero. En este momento, presenciamos también una jugada que demostró la garra e intensidad con la que habían salido los locales: Miguel Gómez agarró un rebote ofensivo en los márgenes de la zona, fintó, se deshizo de un rival, y anotó ante la oposición de otro contrincante para posteriormente levantar los dos brazos y alentar a todo su público.
Tras este parcial favorable a los Tigres, los Numantinos no tuvieron respuesta y volvió a ser un jugador local quien alteró de nuevo el marcador: Fernando Álvarez-Cascos saltó más que nadie para apoderarse de un tiro errado por su compañero, brega y lucha por ganar la posición interior, y se las apañó para subir un tirito a tabla ante la defensa de nada más y nada menos que tres defensores visitantes. Estaba claro que los locales dominaban la zona Numantina con rebotes y más rebotes ofensivos, por lo que el entrenador de Arturo Soria no dudó y pidió un tiempo muerto con la intención de cambiar de estrategia y recuperar la temprana renta de desventaja.
La segunda jugada positiva para los de verde llegó a manos de Sergio Rodríguez, que estuvo más rápido que nadie para adueñarse del rebote defensivo y arrancar un vertiginoso coast-to-coast sorteando defensores hasta que forzó dos meritorios tiros libres que convirtió sin ninguna complicación. A este chico ya se le veían maneras, y en la siguiente jugada volvió loco a su defensor con tres fintas de tiro para levantarse en un elegante fade-away… ¡que se vio completamente fulminado por el apabullante tapón de Gonzalo Fernández!
Las órdenes del Colegio de Santa María del Pilar eran que subieran líneas defensivas e intensificasen la presión para imponer más aún ese hándicap físico tan favorable; estaban decididos a romper el partido. La diferencia era de 11-4 con dos minutos por jugarse, y Pablo Lozano le robó la cartera al rival, después rebañó un rebote ofensivo tras un mal lanzamiento de su compañero, y asistió para que, esta vez sí, Alberto Ferro acertase con una flotadora por el medio de la zona. Poco tardaron los visitantes en contestar con una nueva canasta de Manuel Moreno. ¡Fue automática!
Sergio Rodríguez repitió con exactitud la jugada con la que nos había sorprendido a todos minutos atrás, y volvió a dar una lección de manejo y velocidad en un nuevo coast-to-coast con los que volvió a ganarse una visita a la línea de personal. No era solo la gran habilidad de bote, sino una privilegiada visión de los espacios para recorrerse la pista en una eficiente zig-zag que le permitiese plantarse debajo del aro rival.
Y para irnos con el partido aún más empatado, al buen hacer de Sergio se le unió el de su compatriota Manuel Cela, quien hizo las delicias de todos los presentes con un ágil reverso y posterior bandeja con la mano izquierda en la cara del defensor a escasos 2” del final… Buen arreón final de los Numantinos, y el resultado era de 13-9.
Segundo cuarto: Los Tigres sacan músculo y ponen tierra de por medio
El segundo período comenzó algo trabado, con un intercambio de malas decisiones que no permitieron que Arturo Soria se pusiese a tiro de dos. Más tarde lamentarían estos errores, ya que fue este el último momento en el que se vieron "cerca" de unos muy superiores Tigres.
Gonzalo Gutiérrez fue el encargado de abrir la lata de este segundo asalto, y lo hizo mediante una velocísima contra en la que ningún Numantino fue capaz de seguirle la carrera; de hecho, ningún defensor llegó a campo propio en el momento en el que Gonzalo ya estaba subiendo la pelota hacia el aro…
Los locales intentaron dar un nuevo golpe de autoridad taponando un lanzamiento rival en la zona y generando una nueva contra en la que se prometían dos puntos fáciles en transición… Hasta que entraron a escena los muelles de Sergio Rodríguez para devolverle el pincho de merluza (este mucho más humillante y contundente) con el que mandó la pelota fuera del campo.
Los locales seguían por delante pero no lograban encestar ninguno de los intentos desde más allá de la línea de 6,75, y su entrenador movía constantemente le banquillo dando oportunidad a todos y cada uno de sus jugadores. Pero nada, no llegaba el acierto en el tiro exterior. A los visitantes también les costaba mucho anotar, y solo llegaban los puntos mediante genialidades o acciones con algo de fortuna. Aunque el resultado solo mostraba 6 puntos de desventaja, y aún tenían opciones.
Viendo el nefasto resultado en los lanzamientos desde el perímetro, el entrenador visitante ordenó una defensa en zona 2-3 que cortocircuitase el buen movimiento de balón de los Tigres, y que forzase aún más intentos desde el exterior en vez de bandejas y tiros dentro de la zona. Bien visto.
Pero la Ley de Murphy siempre está presente en este deporte, y nada más cuadrarse en zona los defensores de Arturo Soria, llegó un lanzamiento de tres con la firma de Juan Menéndez con mucha fortuna, ya que entró después de golpear el tablero (en un sonoro castañazo). Los colegiados la señalaron de dos puntos, y los Numantinos seguirían defendiendo en zona a ver si esta estrategia cambiaba las tornas.
Estábamos a mitad del cuarto, y la diferencia ya reposaba en los dobles dígitos; una renta muy peligrosa teniendo en cuenta que con la intensidad de los locales iba a ser cuestión de tiempo que encadenasen tres o cuatro contras más y reventasen por completo el tanteo… De hecho, en este momento todos aplaudimos una acción de muchísima calidad de Gonzalo Fernández, que con ese dorsal y esos brazos tan largos, recordó a Kevin Durant haciendo una de sus características floaters en la cara (pero inalcanzables para el tapón) de su defensor.
A esta jugada contestó Sergio Rodríguez, quien no solo arrancó aplausos, sino que levantó a todo su banquillo con un reverso de tremenda coordinación para volver a ganar el equilibro y dejarla suavemente contra el cristal. Esta jugada no pasó desapercibida, porque todos los presentes sabíamos de la dificultad de la misma.
Santa María del Pilar funcionaba a otra velocidad en ataque, y de momento era justo decir que el dominio local llegaba por la superioridad física (sí, y también por un mayor esfuerzo e intensidad), pero no por un mejor baloncesto o por estar haciendo un juego más fluido o llamativo. Ninguno de los dos conjuntos estaba encontrando buenas situaciones, y era la garra y la casta la que hasta ahora había ido alterando el electrónico.
Joaquín Gómez también levantó al pabellón iniciando una jugada de contraataque con un pase lejanísimo en dirección a las manos de Nicolás Lorenzo, quien no tuvo espacio suficiente para cuadrar los pasos y quedarse colgado del aro (todos conocemos la capacidad atlética de este jugador) pero que fue capaz de coordinar los pies y subir la pelota sin rebasar la línea de fondo ni chocarse contra la parte inferior del tablero en una bandeja poco ortodoxa pero muy meritoria. Chapeau!
En defensa también imponían su dominio los Tigres, y Fernando Álvarez-Cascos truncó las intenciones del base Numantino con un contundente gorro que no solo alargaría la sequía anotadora de los de verde, sino que serviría también como punto de inflexión, porque desde este preciso momento los locales apretaron los dientes y no soltaron a su presa en todo lo que restó de partido. Eran muy superiores en ambos extremos de la cancha.
Los aficionados de Arturo Soria seguían con la fiesta en las gradas, e incitaban al público local a que les siguiese el ritmo y comenzar una de las míticas “batallas de aficiones” que siempre aliñan las tardes de baloncesto colegial. Pero poco importaban los decibelios del ejército Numantino, ya que una nueva jugada de pizarra de los locales puso la guinda al salir del tiempo muerto previo al descanso: recibe Gonzalo Fernández en media pista simulando un contraataque y fintando el pase para que su compañero Fernando Álvarez-Cascos finalizase la acción, pero luego nos sorprendió a todos con un plástico euro-step que dejó locos a dos defensores y con una canasta (a pesar del contacto con un tercer defensor) prácticamente sobre la bocina del intermedio; 29-13.
Tercer cuarto: ofensivas muy dispares, período totalmente igualado
En la primerísima jugada tras el paso por vestuarios pudimos ver a dos jugadores del Pilar luchando un balón suelto por los suelos como si fuesen por debajo en el marcador. Pero no, iban más de 15 arriba y aun así tenían ganas de más; admirable ejemplo de ambición y competitividad muy bien transmitido por el cuerpo técnico local, que pedía intensidad y esfuerzo fuese cual fuese la situación.
Sergio Rodríguez se lució con una asistencia sin mirar y dejando completamente solo a Nicolás Martínez en una jugada ensayada de saque de fondo, en la que no dudó a la hora de subir el esférico y conseguir una de sus dos canastas de la tarde.
En las filas Numantinas quien llevaba ahora la batuta era Manuel Moreno, y era prácticamente el único que le ponía la agresividad necesaria en ataque para suponer un problema a la férrea defensa de los locales. Todas sus visitas a la línea de personal corroboraban y premiaban esta agresividad y esfuerzo extra que hizo el alero durante todo este tercer período.
Manuel Moreno estaba en su minuto de gloria, y se las apañó para finalizar una flotadora con contacto tras un enérgico coast-to-coast y recortar la diferencia a 11 puntos. Si bajaban de la barrera de los diez, poco importaría las sensaciones de inferioridad y seguro que le metían el miedo en el cuerpo a los Tigres, pero sin prácticamente esfuerzo alguno los chicos de Santa María dieron la réplica con una veloz contra finalizada por Gonzalo Gutiérrez.
Además, por si los contraataques no fuesen suficiente, Sergio Gomis anotó una nueva canasta en una gran acción individual en la que impuso su ley bajo los tableros con un trabajado rebote ofensivo y dos puntos bajo el aro, y su compañero Joaquín Gómez realizó una acción muy parecida en la que se tiró un buen ladrillo, pero en la que posteriormente se pegó por su propio rebote ofensivo y consiguió subir el palmeo a pesar de ser el jugador más pequeño de toda la zona.
Dos minutos después de que los visitantes hubiesen disminuido la diferencia a prácticamente una decena, la diferencia volvía a ser de 36-18 y ya les doblaban de nuevo. Muy superiores estos Tigres…
Manuel Moreno nos deleitó con una nueva bombita (estaba dando la cara por todo su colegio), e instantes después le birló el esférico a su par para enfilar otro contraataque y culminar otra acción exactamente igual a la anterior. Aunque a esta última, Santa María del Pilar contestó instantáneamente y volvía a demostrar que prácticamente sin esfuerzo podían mantener un toma-y-daca que a los visitantes les estaba costando un esfuerzo sobrehumano.
En ese momento, volvió a entrar a pista el jugador más dominante del encuentro (y que aún no ha encontrado un rival a su altura en lo que va de año), Fernando Álvarez-Cascos. El pívot intimidó el primer lanzamiento que hubo con él sobre el parqué, se adjudicó el rebote defensivo, lideró la contra de su equipo y nos sorprendió con un ágil reverso más la falta personal con dos defensores colgados del hombro. Esta acción recordó a la combinación de fuerza y coordinación de estrellas como Blake Griffin, y la afición local lo celebró por todo lo alto. And one!
Este tercer parcial llegó a su fin con un precioso euro-step de Nicolás Lorenzo (cambiando de ritmo en los pasos y dejando la pelota a la altura del aro) y otros tiros libres para el Numantino Manuel Moreno, que llevó todo el peso de su equipo y se fue hasta los diez puntos tan solo en estos ocho minutos; 43-27.
Cuarto cuarto: SMP ya piensa en el siguiente cruce en ocho minutos sin trascendencia
Fernando Álvarez-Cascos recibe en la pintura, reverso (esta vez en la dirección inversa a la acción del anterior cuarto), dos fintas de tiro y canasta fácil bajo el tablero. Nadie le pudo parar en la zona una jornada más, y creo que todos tenemos ganas de ver cómo se desenvuelve en un bonito duelo cuando se cruce con un colegio que tenga un interior de sus características físicas.
En la siguiente acción, y teniendo entre ceja y ceja el objetivo de poner los 20 de ventaja, los locales buscaron descaradamente a Fernando para que impusiese su dominio en la zona una vez más. Esta vez recibió en línea de fondo a un par de metros del aro, y, por circunstancias del juego, levantó la cabeza para ver que no había nadie interpuesto entre su camino al hierro naranja. Se pudo ver cómo se le iluminaron los ojos, y Fernando Álvarez-Cascos dio un potente bote para encarar el aro e intentar posterizar a Manuel Moreno (que tuvo la valentía de intentar taponar el mate saliendo a la ayuda) en lo que habría sido la imagen del año; o incluso de la historia de la Copa Colegial. Si hubiese completado el mate, eran palabras mayores, y tan solo se quedó a escasos centímetros de la jugada de su vida, que al final tan solo le recompensó con dos tiros libres por la falta cometida por el defensor.
Arturo Soria lo intentó de diversas maneras, pero es que prácticamente no lograban situaciones de tiro y encontraban muchos problemas a la hora de levantar lanzamientos tras el gran esfuerzo de atacar contra defensores mucho más fuertes y más altos. No podían con la defensa de los de naranja.
A mitad de período ambos conjuntos mantuvieron un entretenido cruce de canastas que claramente beneficiaba al que iba 20 arriba, pero que al menos puso algo de chispa y emoción a un período en el que ya estaba todo el pescado vendido. Durante dicha pugna el base de los visitantes, Nicolás Martínez por fin consiguió que le entrase uno de sus característicos lanzamientos de media distancia (bonito pull-up jumper de elegante suspensión), y José Masip se gustó en una jugada de 1x1 en la que bajó la cabeza, chocó contra su par y armó un ganchito de mucho mérito.
Este último cuarto fue bastante flojo, pero la afición de Arturo Soria se despediría de la Copa Colegial habiendo dado otra lección de fidelidad y de cómo volcarse con su colegio a pesar de un resultado nada satisfactorio. Se les notaba que se habían quedado con ganas de más el año pasado.
Sergio Rodríguez dio otro gran pase sin mirar a su compañero Ricardo Ciórraga, pero cuando este ya se relamía se le hizo de noche ante la presencia de Daniel Soler, quien puso las cosas en su sitio con una tremenda boina. Y para cerrar el encuentro apareció por fin el acierto en el triple de Luis Hernández (que a pesar de su 1/7 tuvo el coraje de levantarse desde el perímetro en un contraataque de 1x0 al más puro estilo Run&Gun de Mike D’antoni) para poner el definitivo 53-35.
Sergi Àlex. Hace 3 semanas
Redacción. Hace 3 semanas
Redacción. Hace 3 semanas
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