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9 de Marzo de 2018. Colegio San Agustín
Cuartos de Final Masculino
Siendo el Colegio San Agustín uno de los más históricos de esta competición, y tratándose de los Cuartos de Final de la presente edición, la Copa Colegial se vistió de gala para la ocasión: photocall, música, centenas de aficionados en las gradas y una presentación de altura de la mano de Pedro Bonofiglio. La expectación y el hype que rodearon al partido no defraudaron, y tanto las Águilas como los Correcaminos se encargaron de lucirse con un espectáculo que nos mantuvo sin respiración hasta la ultimísima jugada del tiempo adicional. Ambos conjuntos se fueron remontando las pequeñas rentas que iban alcanzando, y solo la experiencia y el buen temple de los jugadores visitantes fueron capaces de decidir un encuentro que parecía no tener fin. En lo que a nombres propios respecta, vivimos un duelo de titanes entre los ‘jugones’ de Brains y un Álvaro Córdoba (25pts y 18reb) que no se amedrentó a la hora de liderar a su bandada contra Alejandro González, Ricardo Carazo, Eduardo Bellver y Luis Guil; quienes se empeñaron una y otra vez en conquistar el nido de las Águilas contra todo pronóstico.
Primer cuarto: dinámicas muy colectivas para tomarse las medidas
Instantes después de que la inconfundible voz de Bonofiglio mencionase los nombres de todos los participantes del encuentro, el balón se lanzó al aire y los cánticos de apoyo comenzaron a aporrear los tímpanos de todos los presentes. Tras 60 segundos de los característicos nervios iniciales, ningún equipo había logrado fabricarse un buen tiro, e hizo falta una decisión arbitral de repetir un tiro libre para que el electrónico que lucía en lo alto del pabellón sumase el primer punto.
Un tapón a la altura del tablero con la firma de Juan Caminos (que mandó el balón fuera de banda) y un delicado fade-away de su compañero Álvaro Córdoba (utilizando su portentoso físico y su elevada capacidad de elevación) sirvieron para romper el hielo por parte de los locales. Al otro lado de la pista, los visitantes se encomendaban a la conducción de su pívot Alejandro González, que a pesar de su posición interior aún no ha encontrado un solo jugador en esta copa que pueda frenarle en sus penetraciones; o bien atrae a la defensa y genera para los compañeros (como bien hizo dejando solo bajo el aro a Andrés Gil), o bien se aprovecha de su imparable hesitation move para surcar entre los defensores desde el triple hasta debajo del aro.
Jorge Jiménez también quiso demostrar sus habilidades de manejo de balón, y en pleno sprint en paralelo con su par realizó un vertiginoso crossover con el que se frenó en seco (a lo James Harden) para posteriormente clavar el lanzamiento desde 6,75m. Empate a siete y tres minutos muy espesos en los que ambos hierros repelieron todos los intentos de los colegiales.
Hizo falta un tiempo muerto para que ambas plantillas se reorganizasen, y nada más salir de este minuto Francisco Javier Cicujano lideró una contra que culminó Alberto Martínez con la zurda de forma muy contundente más el tiro adicional. Para cerrar el primer asalto, los Correcaminos no iban a ser menos y aprovecharon la experiencia y el basketball IQ de Jorge Hernández, autor de otro 2+1 que llegaría con una flotadora a tablero a pesar del tremendo golpe que se llevó en la zona abdominal. Ocho minutos en los que los jugadores ya lo habían dado todo, y el marcador tan solo reflejaba un 12-9.
Segundo cuarto: meritorias individualidades que solo sirven para mantener la igualdad
El base de los Correcaminos estaba encontrando ciertas dificultades para desmarcarse de su par con sus característicos reversos y penetraciones, por lo que decidió probar suerte desde el perímetro y… ¡bingo! El arsenal de Ricardo Carazo parece ampliarse jornada tras jornada.
Poco le duró la renta a los azulones, ya que pocos segundos más tarde el contrincante Jaime Ginillo daba la réplica en forma de canasta y lanzamiento adicional. Las defensas estuvieron intensas los 35 minutos del encuentro, pero a los jugadores parecía no importarles y tuvieron la oportunidad de lucirse con numerosos 2+1s durante los cinco períodos. Pura intensidad de la Copa.
A medida que iba corriendo el reloj, se iban reforzando las defensas, y mientras que Brains se apoderaba de tres y hasta cuatro rebotes ofensivos en cada jugada, las aficiones seguían en su cruzada por ganar la batalla de los cánticos. No hubo silencio en un solo segundo del choque, hasta el punto de que parecía que teníamos unos altavoces de fondo con gritos y canciones de apoyo a todo volumen.
Ricardo Carazo hizo gala de su gran velocidad para sumar dos puntitos en una fugaz contra en la que ningún Águila le pudo seguir el ritmo. Y después le robó la cartera en medio campo a su rival para repetir exactamente la misma penetración al contraataque… Aunque esta vez aparecieron los muelles de Álvaro Córdoba para derribar el intento de bandeja y dejar el marcador empatado y a su rival con las orejas agachadas.
Ninguno de los dos conjuntos conseguía dar con la tecla que les ayudase a desmarcarse, y tras la tercera falta de Álvaro Córdoba ambos entrenadores pidieron tiempo muerto (uno después del otro) para intentar reorganizarse entorno a los problemas de faltas del MVP local y del hecho de que llevaban unos cuantos minutos con un empate a quince que no había manera de romper.
Con el paso del tiempo y entrando en calor, fue apareciendo el talento innato que tiene Eduardo Bellver, el ala-pívot de los Correcaminos. Una vez que Eduardo recibe dentro del perímetro existen pocas opciones de frenarle, y de ello se aprovechó para girar como una peonza dentro de la pintura y volver locos a los defensores del conjunto local. Ya lo demostró en la ronda anterior contra los rocosos pívots del Recuerdo, quienes seguro que siguen teniendo pesadillas con su juego de pies y su constante amenaza de tiro.
Por parte de San Agustín, Javier Martínez no estaba dispuesto a que Eduardo le comiese la tostada, y se trabajó un canastón que arrancó los aplausos de todos los aficionados del pabellón: arrastra a Bellver reculando hacia atrás hasta la línea del triple, y de repente cambia de ritmo y se va para dentro como una centella para provocar la frustración de su defensor, quien le regaló el adicional desde el 4,60.
Los últimos minutos del cuarto nos deleitaron con un buen intercambio de canastas: Alberto Martínez choca contra tres Correcaminos entrando como trailer sin importarle el contacto, Carlos Díez (con una cómoda penetración) y Luis Guil con un lanzamiento de media distancia condujeron al resultado de 20-20 antes del paso por los vestuarios.
Tercer cuarto: la puntería de Luis Guil propicia un cuarto de 21pts para Brains
En la primera acción tras el descanso, Alberto Martínez se elevó de manera notable para colocar un soberbio gorro a Ricardo Carazo. San Agustín quería aprovechar el factor cancha y despegarse en el marcador cuanto antes, pero no controlaron bien el rechace y Luis Guil les clavó el primer puñal desde 6,75.
Este lanzamiento desde el perímetro tampoco supuso una gran desventaja, pues Álvaro Córdoba le dio la réplica en el siguiente ataque. Era una delicia ver a estos jugadores tirar de tres puntos. Se podía apreciar el apoyo y la fuerza de todo su colegio en el impulso que tomaban para elevarse en el tiro.
Lo que sí supuso un punto de inflexión fue el elaborado contraataque en el que Luis Guil y Ricardo Carazo se alternaron el control del esférico para una eficiente triangulación, y el posterior triple con el sello de Luis Guil (que dinamitó el período con ocho puntos consecutivos). Una nueva penetración dirigida por Ricardo Carazo rubricó un contundente parcial que obligó a Daniel Domínguez a solicitar un tiempo muerto más que necesario.
Al salir de este minuto reglamentario ambos entrenadores se pusieron de acuerdo en sus estrategias: hay que correr como si la vida dependiese de ello, con el fin de llegar a campo contrario antes que el rival para que no pudiesen colocarse en defensa. Ricardo Carazo era el protagonista perfecto para este tipo de película, aunque su eléctrica penetración se vio contestada por un plástico rectificado con el nombre de Javier Martínez.
Esta quinta marcha que metieron ambos equipos también beneficiaba al MVP de los de blanco, y no tardó Álvaro Córdoba en aprovechar su físico para entrar como trailer y aguantar el contacto en el aire. Era como un tren de mercancías, y celebraba cada canasta con la grada como si fuesen un jugador más. En defensa Álvaro seguía haciendo de las suyas, y logró frenar a un enrachado Luis Guil que se disponía a anotar un canastón (tras reverso y en rectificado) con un poderoso pincho de merluza.
Eduardo Bellver, que ya ha demostrado que aparece en los momentos más calientes de los partidos, buscó quedarse emparejado con Álvaro Córdoba para llevarle hasta los 45º. Le mira a los ojos, se retan, bota hacia la derecha, bota hacia el otro lado, se agacha, cruza el balón de lado con un bote a ras de suelo y la clava (con su peculiar mecánica de tiro) en toda la cara de Álvaro gracias a un lanzamiento triple que cayó con nieve.
Tanto desgaste físico y las limitantes dimensiones del campo originaron un intercambio de imprecisiones y una tónica descontrolada que ensució un poco los buenos minutos que acabábamos de presenciar. Entre tanto alboroto (y entre tanto ruido procedente de las gradas del colegio) Álvaro Córdoba aprovechó para hacerse con un rebote ofensivo (que venía de un error de su compañero en el 2º tiro libre) y sumó dos puntitos que sirvieron para recortar distancias. 34-41.
Cuarto cuarto: las Águilas remontan el vuelo y el tanteo para forzar la prórroga
Juan Caminos abrió la lata del (en principio) último parcial del choque con una buena penetración tras haberse deshecho del defensor con una finta. Vuelven a ponerse cerquita con la intención de poner nerviosos a los visitantes.
¡Boom! Aparece Luis Guil de nuevo para asestar otra daga en el corazón de las Águilas con otro triple desde la esquina. Estaba claro que este especialista tenía el día, y la renta era de siete puntos; que tal y como estaba el partido esta diferencia era elevadísima.
Álvaro Córdoba, que seguía sin encontrar rival gracias al inteligente uso que hace de sus atributos atléticos, aprovechó para ir sumando granito a granito jugando al límite de sus capacidades en complicadas penetraciones. Además, se le sumó el buen hacer de su compañero Luis López (nos sorprendió a todos con un gran reverso y un sky-hook con la zurda). Y por si no fuese suficiente, Francisco Javier Cicujano rubricó la remontada con una veloz contra en la que puso el freno de mano, se clavó detrás de la línea de 6,75 y se elevó para enchufarla limpia. El entrenador Marcos del Olmo se vio obligado a solicitar tiempo muerto, las Águilas planeaban en grupo y estaban a tan solo un punto.
Este arreón de los locales se pudo entender como una recompensa a la enorme labor de apoyo que habían realizado todos los aficionados del colegio anfitrión. No se habían rendido en ningún momento a pesar de la contundente desventaja en el tanteo, y sus jugadores representantes no iban a ser menos dentro de las líneas que delimitan el campo de juego. Esta es la emoción de la Copa, ¿no?
Álvaro Córdoba seguía levitando debajo (bueno, mejor dicho, por encima) de ambos aros para coger todos los rebotes que hubiese en el partido (terminó con la friolera de 25 puntos y 18 rebotes). La posibilidad de remontada no habría sido la misma sin las numerosas segundas oportunidades que Álvaro le ofreció a su equipo, de eso no cabe ninguna duda.
Un par de minutos de un auténtico toma y daca pusieron de nuevo la emoción y el espectáculo, con buenas decisiones de Ricardo Carazo en la dirección de juego de Brains, y con la habilidad de levantarse en fade-away de Álvaro Córdoba (que provocó sonoros gritos de MVP de decenas de fans).
Francisco Javier Cicujano se fabricó un meritorio 1x1 que contrarrestó el ganchito de un Alejandro González que llevaba un tiempo algo desaparecido. Y cuando San Agustín se había colocado a tan solo dos puntos de desventaja, emergió la figura de su MVP saliendo de 2 bloqueos indirectos y clavando un triplazo de vital importancia.
Eduardo Bellver se las apañó para anotar 2/2 en su visita a la línea de personal, sin importarle lo más mínimo la presencia y los gritos de unos 100 seguidores rivales a escasos metros de donde él se encontraba. Quedaban dos minutos para que finalizase el período y el resultado era de 53 a 54. Con este tanteo, se sumó a la fiesta un nuevo Águila, Juan Caminos, protagonista de una canasta en rectificado de enorme dificultad (y de enorme importancia también).
La estrategia que decidió utilizar Marcos del Olmo para sorprender fue una zona 3-2 que dificultase la recepción de balón dentro del perímetro por parte de Álvaro Córdoba. Brains sabía que si le permitían recibir, estarían perdidos. Pero Marcos estuvo acertado, y en la primera defensa lograron robar el balón y forzar una transición que puso el empate con un tiro libre de Ricardo Carazo.
Álvaro Córdoba sacó una falta algo controvertida (o eso pensaron los simpatizantes del colegio visitante), y puso un punto por delante a los de blanco con escasos segundos por jugarse. La defensa de los locales no consiguió cuadrarse a tiempo, y otorgaron 2 tiros libres al base de Brains. Ricardo Carazo metió los dos desde el 4,60, poniendo un punto por delante a sus Correcaminos a falta de 2,5” para la bocina final.
Daniel Domínguez solicitó tiempo muerto para idear la jugada de la victoria, y, sobre todo, para poder sacar desde campo ofensivo. Nada más poner el balón en juego (y ya casi en el momento de levantar el tiro) Brains cometió una falta tonta en medio campo, de esas que cualquier entrenador te prohibiría hacer; regalando así al contrario la oportunidad de sentenciar el partido desde el tiro libre. Jorge Jiménez era el encargado de ponerse el equipo a la espalda y superar la presión que suponía tirar esos lanzamientos; y a pesar de fallar el primero consiguió anotar el segundo dejando tan solo 1,5” en el reloj.
El conjunto foráneo pidió tiempo muerto parar tirar de pizarra y lograr una cómoda situación de tiro, pero el lejano intento de Ricardo Carazo se topó con el metal. La verdad es que el lanzamiento estuvo cerca de entrar, y en la anterior ronda contra el Recuerdo ya había demostrado que tenía mucho rango. 57-57.
Prórroga: San Agustín golpea primero, Brains golpea más fuerte
Álvaro Córdoba atizó a todos los Correcaminos con la primera en la frente. Puso el punto número veinticinco en su haber, y estos dos de crucial importancia.
Rápidamente, Ricardo Carazo sumó de uno en uno con tiros libres (a este chico está claro que no le puede la presión, porque el ruido atormentaba sin descanso). Y su compañero Eduardo Bellver hizo las delicias de los aficionados con un crossover para irse de su defensor y clavar el 2+1 chocando contra el defensor que salió a la ayuda. Miradita al público local y dedicación particular.
Dos malos ataques consecutivos de los representantes de San Agustín permitieron a los de Marcos del Olmo saborear la victoria antes de lo esperado. Además de que, en plena pájara local volvió a entrar en acción el que acabó siendo MVP para los Correcaminos; Alejandro González se cuadra desde la esquina y apuntala a las Águilas con el triple que sentenció el encuentro. Este lanzamiento abrió una brecha de cinco puntos con escasos 19” en el electrónico.
Poco pudo hacer San Agustín en un impotente intento de remontada, gracias en buena parte a una excelente defensa por parte de unos jugadores de Brains que en esta Copa Colegial están demostrando una experiencia y un dominio del tempo de los partidos que asusta a cualquier contrincante. El resultado fue de 60-68, pero lo transcurrido en el pabellón del Colegio San Agustín será recordado como una de esas épicas batallas en las que todo se decide con el último espadazo.
Redacción. Hace mas de 1 semana
Redacción. Hace mas de 1 semana
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