Virgen de Mirasierra había dado grandes pasos desde que arrancó la Copa Colegial, pasando por hasta tres eliminatorias complicadas como fueron El Prado, CEU Sanchinarro y Arturo Soria, y solventándolas con una dominación clamorosa. Un sometimiento al que también llevó a sus rivales Joyfe ante Caldeiro y Montpellier, haciendo valer el factor campo. Y ahora, ambos iban a medir fuerzas por un hueco en cuartos de final. 

Ya desde el inicio, los tiburones dejaron claro que no iban a dejar impunes los errores de Joyfe, y asumiendo que iban a matar o morir, pero con Guillermo González como máximo exponente de su juego. Los canguros entraron fríos al partido, sin exponer esa defensa que tan característicamente había definido su juego, y lo pagaron. Si bien estaba en su ADN arrasar en el primer cuarto, el equipo de Joaquín María López sabía aguantar. 

Joye tenía problemas de fluidez en ataque, asfixiados por la defensa física de Mirasierra; y, si encima no conseguían defender a su nivel y cedían los rebotes al rival, se complicaba la empresa de lograr el pase a cuartos de final. Muy fallones ambos equipos para el 10-10. 

La combinación Hugo Sastre - Guillermo González era demasido para Joyfe que seguía adormilado con el comienzo del segundo cuarto. Hasta que la segunda línea salió a relucir para Joyfe. Desde el cierre de rebote de Alejandro Martín, la defensa de Samuel Santiso y los puntos de Víctor Jiménez, los canguros volvieron claramente al partido y amagaron con mostrar su esencia sobre el parquet. 

Ahora era Virgen de Mirasierra quien estaba en problemas, y sólo Guillermo parecía dispuesto a sacarlos del embrollo. Desaparecieron los Sastre y Jaime Gómez y sólo el ala-pívot se dispuso a evitar que el partido se escapase. Un buen Daniel de Teresa llevaba a Joyfe al 29-20 con los jugadores enfilando el túnel de vestuarios del Colegio Joyfe. 

VIRGEN DE MIRASIERRA SUPO PONER MÁS CABEZA AL JUEGO

Todo cambió en la segunda mitad. Virgen de Mirasierra se quitó todas las dudas que habían dejado el segundo cuarto de encima y volvió a encarar el partido sin ningún tipo de complejo. Guillarme González volvió a esgrimir su versión más demoledora, y lo hizo, de nuevo, bien escudado por Hugo Sastre, un seguro bajo los tableros. 

Joyfe perdió el oremus, dejó de compartir el balón y se enfocó en intentar sacar la ventaja desde las individualidades y no desde el colectivo, y ese 1vs1 constante no les benefició en absoluto. Y encima, para más inri, la lesión de Samuel Santiso, alma defensiva del equipo, terminaba de desangelar a los locales, que pasaban del 29-20 del descanso al 40-40 al final del tercero. 

Literalmente, un partido a ocho minutos, pues las fuerzas estaban igualadas. El que mostrase un mayor ejercicio de entereza y cabeza fría, además de ser decisivo en ambos lados de la cancha, iba a ser quien se llevase el gato al agua y cogiese el trofeo de los cuartos de final. 

Joyfe pudo tener en su mano la posibilidad de romper el partido, con varios intentos desde el triple de Iñigo Agustín, pero quiénes impondrían su ley finalmente serían "secundarios" como Guillermo Romero y Hugo Domínguez, cuajando una actuación muy sólida durante el cuarto para acercar la victoria. 

Mirasierra se guardó para los últimos momentos su mejor nivel, y supo poner más cabeza en el juego para decantar la balanza a su favor. Y es que, además, una falta antideportiva de Víctor Jiménez en el último minuto, muy discutida por Joyfe, y con empate 52-52 en el marcador, acabó decidiendo un precioso partido de puro talento en situaciones de tiro libre de ambos equipos. 

Con el 55-61 se consumaba así la machada de Virgen de Mirasierra, que hacía de verdugo de un Joyfe que había opositado seriamente al título de campeón de la Copa Colegial 2024, y que se despedía en octavos de final, mucho antes, seguramente, de lo que hubiesen deseado.