Tras la victoria unos instantes antes de sus homónimas femeninas, Joyfe recibía a la versión masculina de Caldeiro para cerrar una vibrante tarde de baloncesto en el Colegio Joyfe.

Y el duelo no iba a tener nada que ver con el anterior. A base de un ritmo altísimo, una defensa muy agresiva y presionante a todo campo y un acierto exageradamente alto, Joyfe iba a destrozar poco a poco a Caldeiro. A base de puntos de un inspirado Iñigo Agustín, la renta de 15-3 tras apenas cuatro minutos aparecía en el marcador.

Joyfe ya daba indicios de lo que estaba por venir, nada menos que un partido roto al descanso. Con Daniel de Teresa a los mandos de la nave, dirigiendo a la perfección al equipo y sumando puntos desde la línea de tres, la victoria podría estar asegurada. Más aún si su partner in crime, Víctor Jiménez, comenzaba el partido tan entonado como amenazaba estar. Los canguros estaban a ritmo de 100 puntos, como denotaba el 31-9 con el que finalizaron los primeros ocho minutos.

Caldeiro no podía aguantar el ritmo. Y, por si fuera poco, la segunda línea de Joyfe era igual de demoledora que la primera, con el físico al servicio del equipo de Gabriel Afonso, la dirección y velocidad de Rodrigo López o el arrojo defensivo de Diego Pulido. Y, aunque bajó el ritmo anotador de los chicos de Marco Acuña, el partido estaba finiquitado y visto para sentencia aun antes de llegar al descanso.

Como era de esperar, el fallo llegó a Joyfe. Y matizamos el normal porque los porcentajes estaban siendo de equipo de élite mundial. Los canguros tenían mucha hambre de llevarse la victoria, como mostraban con el colmillo esgrimido en cada acción, pero su acierto hasta el momento era algo sobrenatural, como esgrimió el luminoso del Colegio Joyfe con el 46-13 al descanso.

Muchos se hacían la misma pregunta en el Colegio Joyfe. ¿Qué habrá preparado Alejando Robles en el vestuario para intentar remontar el partido? Rápidamente llegó la respuesta, con los jugadores de Caldeiro mostrando una mayor agresividad de cara al aro y reduciendo los lanzamientos desde la línea de tres puntos. Además, jugadores grandes al poste como Esteban García y Daniel Sagües cobraron relevancia. Y, aún con esas, Joyfe seguía imponiendo su ley.

Caldeiro acabó decayendo en ese ímpetu de remontar. Cuando los puntos de un equipo vienen en situaciones de tiros libres y no de canastas en juego, el síntoma del enfermo es bastante grava, y los carneros tenían el pulso muy bajo en el partido. Todo lo contrario a un Joyfe que no paraba de mover el banquillo, no escatimaba en esfuerzos defensivos y querían construir desde el juego estático. ¿Resultado este esfuerzo? Un 59-20 brillando mientras se entraba en el último cuarto.

Al final, tal y como se esperaba, se llegaba a los últimos minutos con todo el pescado vendido. El partido enloqueció mientras Marco Acuña podía reservar a jugadores importantes como Daniel de Teresa, Víctor Jiménez y Samuel Santiso, y Caldeiro apostó por morir con una defensa de espacios 2-3 que ayudó a mejorar unas sensaciones que no se reflejaron en el marcador con el definitivo 69-33.