El Marsupial Arena fue un inexpugnable fortín que se le hizo muy cuesta arriba a los actuales campeones. Por primera vez en casi dos años (desde el 17 de abril de 2017, en semifinales contra los tigres de Chamberí), los correcaminos cedieron y lo hicieron ante un rival superior. José Luis Sáenz-Benito, imperial bajo los aros, el mejor jugador de los kanguros en un destino que alcanzan por segunda edición consecutiva: los cuartos de final.

Primer cuarto; combate lleno de igualdad con Joyfe cogiendo sensaciones (17-14)  

Una de las cualidades de los kanguros es, sin lugar a dudas, no dejar de saltar. Y como si estuvieran en la mismísima Australia pisando el Marsupial Arena, empezaron a brincar desde el primer segundo de partido. Buena muestra de ello lo dio el primer rebote conseguido por Sáenz-Benito, aunque la primera canasta del choque fue de Brains a través de Jordi Alejandro Bulla. Los ánimos sin embargo estaban encendidos, y más tras el primer highlight del choque, con un brillante contraataque culminado por Ignacio Fernández con asistencia de Daniel Gallego.

Nada intimidaba a los locales, que tras unos primeros minutos de tanteo marchando por detrás, se pusieron por delante a la vuelta del tiempo muerto solicitado por Ismael Toscano. De hecho, cogieron con fuerza una renta que sólo volverían a soltar en una ocasión en todo el choque (13-11 tras una canasta de Pablo Fernández). Un plástico eurostep de Jorge Ruiz ponía el 15-11, y, aunque uno de los mejores shooters de toda la Copa Colegial, Luis Guil, anotaba desde la línea de personal, sería Gallego el que pondría el definitivo 17-14 tras los primeros 8 minutos de choque.

Segundo cuarto; el Marsupial Arena se vuelve loco con su equipo (40-26)

Para el comienzo del siguiente parcial, todas las cartas estaban sobre la mesa. Una zona 1-2-2 de los locales ponía contra las cuerdas al actual campeón, que sin embargo se agarraban con fuerza (y mucho) al estandarte que tienen desde la pasada edición. Así lo marcaba el parcial de 0-4 a la vuelta de los banquillos, que esperaba no encontrar respuesta de los kanguros.

Lo hicieron, y de que manera, a través de un dominio casi incontestable del rebote. Sobre todo del ofensivo, con Sáenz-Benito comparándose con el gran Dennis Rodman. Un triple de David Rodriguez no sólo devolvía el parcial sino que incrementaba la renta y ponía la máxima (22-18), obligando al coach visitante, Marcos del Olmo, a parar el crono.

El choque era brutal: si la torre interior de Brains, Jordi Alejandro Bulla, ponía pies en polvorosa a los correcaminos con su séptimo punto (y el 24-20), el brillante 1x1 de los locales les daba mil y una opciones de anotar. A pesar de ello, el partido seguía igualado (28-26), quizá por última vez. Tiro libre y rebote ofensivo con canasta, 2+1 de Jorge Ruiz... y en un abrir y cerrar de ojos llegaba una máxima ventaja (35-26) que se incrementaría aún ante un Marsupial Arena entregado a Joyfe al paso por los vestuarios (40-26).

Tercer cuarto; empate en un parcial lleno de competitividad (56-42)

Los segundos 16 minutos comenzaban con la vuelta de un Luis Guil 'picado' por seguir manteniendo a su equipo en el choque, y con tres faltas que le habían condicionado en la primera mitad. El mejor ejemplo de esa irrupción del '9' visitante llegó con su asistencia al contraataque para Carlos Díez y dos tiros libres anotados por el propio Guil. Eso sí, aunque la diferencia había disminuido tras un mal inicio de cuarto visitante (del 44-26 al 46-31) el choque tenía claro color rojo.

Los campeones peleaban y peleaban... pero el acierto de Joyfe estaba absolutamente fuera de lo normal. Y si los tiros no entraban, ya estaba José Luis Sáenz-Benito (doble-doble final con 10 puntos y 14 rebotes) para hacerse el dueño y señor de los aros. A falta de un cuarto para el final del partido, y tras 4 puntos seguidos de Brains tras la aparición de un estilete ofensivo siempre necesario para los visitantes, Carlos Díez, el marcador reflejaba un aún inquietante 56-42 a favor de los locales.

Cuarto período; los correcaminos mueren de pie (65-54)

Sólo quedaban 8 minutos colegiales para obrar una de las remontadas del año o consumar la caída (y para algunos con sorpresa) del actual campeón. Pero quién no salga de su asombro, claramente, no estuvo en el campo de los kanguros el viernes.

Sólo así se puede explicar que los locales aguantaran la embestida visitante, que con Jordi Alejandro Bulla y Jorge López tirando del equipo (11 y 12 puntos, respectivamente) seguían creyendo en el milagro (58-48 con más de 5 minutos por jugarse).

Joyfe necesitaba una bocanada de aire para coger el aliento ganador definitivo, y lo encontró en Daniel Gallego. Su canasta de dos, acompañada de la aportación de José Luis Sáenz-Benito ayudando a ganar la batalla de los aros de manera decisiva (44 para los locales, 31 para los visitantes) cerraba el encuentro. Sólo faltaban la sucesión de tiros libres para el kanguro local, David Rodríguez (13 tantos finales) ante un Brains que murió de pie.

Lo hizo ante un colegio que presenta su candidatura a soñar con un estandarte que consiguieron hace justo una década (en 2009). Quizá ha llegado de nuevo el momento. Con actuaciones como la de octavos su sueño tiene pinta de hacerse muy real.