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26 de Abril de 2019. Colegio Universidad Europea
Gran Final Masculino
FINALIZADO
Crónica: Laura García Higueras
Fotos: Luis Javier Benito
27 Abril, 2019
¿Alguna vez habéis visto una pista de baloncesto llena de gente saltando, abrazándose, llorando, de alegría y de tristeza? ¿Con madres y padres orgullosos, pequeños con las caras pintadas y bufandas de los colores de sus colegios pidiéndole fotos a sus idolatrados jugadores? ¿Con cámaras de televisión que retransmitirán el partido en La Otra de Telemadrid? ¿Con árbitros que toman el micrófono acompañados de los mejores jugadores del partido para felicitar y dar las gracias a todos los presentes? ¿En el que una profesora del colegio, el “alma” del equipo como ellos la definen, fuera manteada en el mismo photocall durante la entrega de premios? Pues no es una fantasía, no es un sueño y no es una utopía. Es una realidad y ocurrió el pasado viernes 26 de abril en la Universidad Europea, que acogió las finales de la Copa Colegial 2019.
Después de que en el cuadro femenino fueran Los Sauces quienes se llevaran la victoria frente a Joyfe, llegaba el turno de los chicos. De Escolapios y de Estudio. Dos colegios que llegaron acompañados de sus fieles y entregadas aficiones. La de los primeros vestido de rojo y la de los segundos de amarillo. Todos compartiendo un mismo recinto abarrotado, en el que los entrenadores tuvieron que dirigir un encuentro dejándose la voz para que sus plantillas les escucharan. Tuvieron que gritar hasta en los tiempos muertos. Las emociones abandonaron las venas para recorrer el aire que respiramos todos los presentes, agradecidos por el talento que derrocharon en la pista, contagiando a todos su nervio, su buen hacer, su tensión y su disfrute.
Estudio fue quien se llevó la contienda en la que ambos conjuntos consiguieron ir por delante y en el que la máxima diferencia fue de 11 puntos. Los halcones supieron aventajarse, ver cómo les remontaban y aun así contra atacar para no dejar escapar el Estandarte. Escolapios, por su parte, tuvo que afrontar un nivel defensivo que no se habían encontrado hasta ahora en la competición, con una plantilla sobre la que no tenían ventaja a nivel físico, y que impidió que realizaran alguna acción cómodos. Si algo está claro es que ambos centros pueden estar muy orgullosos de la educación y filosofía que reciben sus alumnos, pues en lo que a la Copa Colegial se refiere, han sabido predicar con su ejemplo de principio a fin.
Repitiendo equipo de la final femenina, el equipo colegial de la mesa de anotación lo formaron Paula Patrón, Elena Guadarrama y Laura Carazo, mientras que Marcos Cachaldora y Silvia Escudero fueron los árbitros. Los capitanes Juan Grinda de Estudio y Juan Cabañas de Escolapios fueron los encargados de dar unas palabras antes del comienzo del encuentro en el Huddle y, tras ellos, y la Presentación, ya no había más tiempo para que comenzara el último partido de Copa de la edición. Vayamos a lo que ocurrió sobre el parquet.
Primer cuarto: Igualdad, acierto y desacierto a partes similares
El primer balón se lo quedó Estudio, pero Diego Martínez de Escolapios no tardó en robarlo. Esta jugada sirvió para anticipar el ritmo frenético que se imprimiría en el partido. Los dos primeros puntos fueron para los halcones, de la mano de Enrique Uzquiano. El estreno en el marcador de los lobos fueron un triple de Carlos Bécker. Nicolás Hernándo, de los de amarillo, contestó tras capturar rebote. Su compañero (y crack) Nicolás Gutiérrez marcó la siguiente superando a su defensor en un uno contra uno. En frente, Álvaro Jiménez, al que pareció que Estudio había entrenado cómo defenderle y no dejar que él dominara el ritmo del duelo, penetró hasta el aro para meter canasta. Uzquiano volvió a responder, antes de que Bécker robara balón y gestionara el sólo su contra ataque para marcar (7 – 8). Gutiérrez convirtió los tres últimos puntos del periodo con los que Estudio vencía 11 – 7.
Segundo cuarto: cancha en ebullición
La Final había comenzado muy reñida. Con mucho ruido, sin ningún equipo dando balones por perdidos ni dejándo sueltos. Con un Estudio con quizás más paciencia para elaborar sus ataques y Escolapios acostumbrándose a que su altísimo nivel defensivo en el inicio del partido, que hasta ahora les había servido para arrancar con algo de renta los encuentros, aquí era el que debían mantener los 32 minutos del partido si no querían que los halcones se escaparan gracias a su constante hambre de aro.
Así, en el segundo periodo ambos conjuntos anotaron el mismo número de puntos, 9. Los primeros fueron de Pablo Díaz, MVP de la PequeCopa de 2013, antes de que Martínez de Escolapios también sumara y, de nuevo Hernándo, penetrando al aro (9 – 15). Jaime Gómez Sellés, entrenador de Escolapios, pedía a sus jugadores que fueran más duros, especialmente en defensa, donde cuando logran tocar todos los pases de sus rivales juegan mucho más cómodos (y atacan mejor). Jiménez lo sabe bien y por ello corrió al contra ataque recibiendo falta y convirtiendo los dos tiros libres. La tensión en el partido hacía que hasta los tiempos muertos se agradecieran. Permitían coger aire a los presentes, aunque las aficiones de ambos colegios aprovechaban para cantar y que se les escuchara aún más.
Así, al regreso de uno de éstos, Estudio retornó al juego marcando canasta de la mano de Félix de la Fontecha, asistido por su compañero Juan Grinda desde campo defensivo donde cogió rebote de un tiro errado del rival. Javier García, otro de los lobos emblema, convirtió un triple sobre la bocina de la posesión, un jugador al que le tocó hacer el trabajo que no siempre se ve, pero que en sus minutos en cancha fue clave en la defensa de su plantilla, poniendo además unos cuantos tapones.
Mientras tanto, Estudio seguía moviendo muy rápido el balón, esperando la mejor opción de tiro, y así lograban anotar, entre otros tantos, el lanzamiento desde la línea de 6,75 de Gonzalo Pérez, a quien Nicolás Miret había pasado el balón. El base de los de rojo seguía tratando de imponerse a la asfixia defensiva a la que era sometido, optando en más de una jugada falta para poder encestar desde la línea de tiro libre en la que, por lo menos, tendría espacio y tiempo para anotar. Él lo sabía, y convirtio los dos (16 – 20). En la siguiente jugada, sin embargo, llegó una mala noticia para los suyos, ya que Álvaro González, que estaba especialmente acertado y metido, cometió la tercera falta y tuvo que marchar al banquillo. Aun así, el marcador no volvió a moverse y en la llegada al descanso, Estudio vencía 20 – 16.
Tercer cuarto: Escolapios juega sus mejores minutos
La primera canasta del periodo la anotó Carlos Bécker, tras cortar por el centro de la zona y ser asistido por González. Así, Escolapios se acercaba a los dos puntos de diferencia (18 – 20). Pero claro, Estudio tiene una velocidad que hace que apenas puedan celebrarse los tantos, pues en seguida corre para marcar, y así lo hizo Uzquiano. La vuelta del intermedio brindó a los lobos sus mejores (y más acertados) minutos con los que lograron volver a ponerse por encima en el marcador, gracias a los cinco puntos seguidos de Jiménez, que puso a los suyos 23 – 22 por arriba. Adivinad quién hizo porque la alegría para los de rojo durara poco. Sí, Uzquiano volvió a meter canasta y recuperó la ventaja (23 – 24).
Bécker empató con un tiro libre tras sacar la falta entrenando a canasta. La grada rugía “¡Sí, se puede!” y claro que se podía por ambas partes. No en vano este era un encuentro igualado pero Estudio transmitió más dominio de los tempos, más frescura y paciencia que Escolapios. De nuevo Bécker desde el tiro libre ponía a los suyos por encima (25 – 24), antes de que el halcón Nicolás Hernándo cambiara las tornas (25 – 26) y Jiménez volviera a hacerlo de nuevo (27 – 26) aprovechando el robo de su compañero Bécker que, una vez más, demostró ser el jugador que todo entrenador querría tener en su equipo. Finalmente, a la espera de los ocho minutos decisivos, Escolapios ganaba 29 – 26.
Último cuarto: Estudio se repone, impone y sentencia
Para todo aquel o aquella que haya visto o jugado un partido de Estudio sabrá que es algo característico de este colegio que luchan hasta el final, que tienen la capacidad de jugar con la misma intensidad desde el primero al último minuto, que agota a sus rivales defendiendo cada pelota, aprovechando cada mínimo error contrario para castigar siempre que pueden bajo el aro y que, ante todo, tienen una confianza plena en lo que hacen. Así lo demostró la plantilla de Erik Mordt llegado el periodo definitivo. Marcó 19 puntos y dejó en 5 a los lobos haciéndose con el Estandarte.
Gonzalo Pérez corrió un primer contra ataque, y le siguió el de Félix de la Fontecha para, de nuevo, recuperar el dominio del marcador, y no volver a perderlo. Su base Nicolás Gutiérrez parecía más tranquilo que nunca, y suyo fue el triple con el que comenzaron a distanciarse (29 – 33) mientras el tiempo corría. Que nadie piense que mientras tanto Escolapios se quedó de brazos cruzados, al contrario, pero encontraron más problemas que nunca para anotar y sus rivales no perdieron la oportunidad. Jiménez logró meter canasta a falta de 3 minutos y medio (31 – 35) .Gutiérrez (esquivando a todos los jugadores en cancha) y Grinda respondieron desde el aro contrario y consiguieron, a falta de dos minutos, ponerse diez arriba. González marcó un triple (34 – 41) pero las dos últimas canastas fueron de los flamantes ganadores del encuentro y de la Copa, Hernando y Gutiérrez.
Ahora sí, se desató la verdadera locura en el pabellón de la Universidad Europea, con toda la cancha llena de todos los que hasta el pitido final ocupaban las gradas. La afición de Estudio corrió para abrazar y felicitar a su plantilla, que saltaba y celebraba la victoria. Al otro lado del campo, la de Escolapios también corrió para animar a los suyos y dar consuelo a los que no pudieron contener las lágrimas. Por la derrota y por la despedida de esta competición.
Minutos después, muchos nos preparábamos cerca del photocall para la ceremonia final. Pero entonces, se hizo el silencio, y los presentes nos giramos, precisamente a la zona teñida de rojo, de Escolapios. Jugadores, entrenador y afición se unieron a cantar, saltar y compartir por última vez su cántico, agradeciendo y diciendo adiós a la enorme competición que han hecho, logrando llegar por primera vez en su historia a la gran final.
Una vez terminaron, Estudio se sumó a la euforia, y también se reunieron a cantar y celebrar que pasan a la historia como ganadores de un nuevo Estandarte, el séptimo para ellos. Y que sabe aun mejor después de haberse quedado en primera y segunda ronda las dos ediciones anteriores.
Ahora sí, procedimos a la entrega de Premios, que coronó a Álvaro Jiménez (12 puntos, 6 rebotes, 2 asistencias) como MVP de Escolapios, que afirmó emocionado estar “muy orgulloso” de sus compañeros y anunció a la grada que supieran que ellos lo están de “la grada”. Nicolás Gutiérrez (12 puntos, 6 rebotes, 1 asistencia) se llevó reconocimiento por partida doble, siendo el MVP de la Final y de la Copa Colegial 2019. En sus palabras estuvo la clave de su victoria: “Hemos sabido seguir luchando, nunca nos rendimos, nos lo dicen día a día”.
Ante semejante cúmulo de emociones, parecía que nadie quería marcharse a casa. Pero por desgracia, la noche había caído y había que despedirse, ya no solo de la instalación, sino de los jugadores que han conseguido que un año más este torneo merezca la pena y de una edición que conforma un nuevo capítulo en la historia de la Copa Colegial, de nuevo inolvidable. Con un nuevo campeón a la altura. Más que enhorabuena a ambos equipos: ¡GRACIAS!
Redacción. Hace más de 1 mes
David Monzón. 1:11:18. Hace 2 meses
Redacción. Hace 2 meses
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