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4 de Mayo de 2018. Colegio Veritas
Gran Final Masculino
Siempre hablamos de la expectación y el “hype” que crean las fases finales de la Copa Colegial hasta un punto en el que suena redundante. Pero una vez más, la velada de la Gran Final (del torneo masculino) ha demostrado que todo el afán y la ilusión vistos en las rondas anteriores se quedan cortos en el momento en el que ves a los dos equipos más dominantes de la competición ponerse el “cubre” y empezar la protocolaria rueda de calentamiento. El colegio Veritas de Pozuelo se vistió de gala para la ocasión, moldeando su estructura para poder albergar a más de un millar de aficionados dispuestos a entregarse en voz y alma a los representantes de sus respectivos colegios. Y no solo se nos dio la oportunidad de disfrutar de un acogedor pabellón, sino también de entretenimientos y homenajes de todo tipo:
Con la inconfundible voz del “speaker” Pedro Bonofiglio, el “photocall” con los patrocinadores (que una vez más han hecho posible el desarrollo de un torneo ejemplar) y las presentaciones de rigor, los Numantinos y los Correcaminos saltaban a la pista con los nervios a flor de piel. Y por si fuera poco, para añadir un poco más de espectáculo y presión, la figura del embajador Joe Arlauckas poniendo el balón en el aire para el salto inicial.
Quedaban cuatro períodos para saber cuál de estos dos gigantes se haría con el preciado estandarte, y ya poco importaban las impolutas trayectorias que ambos equipos habían trazado de colegio en colegio hasta llegar aquí. Porque una final es una final, y los siguientes 32 minutos son los que decidirán si te vuelves a casa con la bandera entre tus manos, o no.
Primer cuarto: los Correcaminos aprovechan la timidez de los Numantinos
Como era de esperar, los primeros instantes vinieron definidos por numerosas imprecisiones y unos más que evidentes nervios iniciales adueñándose de ambos quintetos titulares. Costó casi dos minutos que alguno de los jugadores entrase en calor y ganase confianza como para anotar la primera canasta de la Gran Final, y esta llegó por todo lo alto con un poderoso 2+1 de Eduardo Bellver tras una elegante finta en el poste bajo.
Por parte de los chicos de Arturo Soria, el exceso de ganas generaba muchas opciones y posesiones (lograron hasta 5 lanzamientos en un mismo ataque), pero a su vez fomentaba tiros precipitados y una incapacidad a la hora de traducir esas segundas oportunidades en puntos a favor.
El comienzo del encuentro fue bastante espeso, con más de cuatro minutos transcurridos y un discreto 0-3 en el luminoso favorable a los chicos de Marcos del Olmo. Justo en este momento, un afortunado triple a tablero de Jorge Hernández (que quizás no fuese lo planeado, pero en una final todo suma) obligó a Alberto Ramos a solicitar un tiempo muerto en el que intentaría calmar a sus inquietos jugadores.
A la salida del minuto reglamentario, Arturo Soria sorprendió con un meritorio 1x1 de Rómulo Aguillaume en el que rompió a su defensor con un definido crossover y finalizó en un plástico rectificado con oposición. Pero segundos después del estreno de los de verde, llegó un eléctrico reverso en una penetración de Carlos Díez, que puso la réplica suavemente contra el tablero.
Unos momentos después hizo su entrada en la pista uno de los especialistas de la competición, un chico llamado Luis Guil que lleva ‘de dulce’ desde el perímetro durante todo el campeonato. Y en la primera jugada de ataque: recibe, se cuadra en 45º y clava su primer lanzamiento triple. ¡Llegar y besar el santo! ¡Una vez más!
Brains se sentía muy cómodo en la pista, apoderándose de numerosos rebotes ofensivos y bombardeando desde el 6,75 tras un excelso trabajo en los rebotes por parte de su figura interior, Alejandro González. No sabemos qué relevancia habrá tenido este factor, pero parecía que los Correcaminos estaban completamente adaptados a la pista y al balón (4 de sus 5 victorias han venido fuera de casa), mientras que los Numantinos echaban de menos el fortín donde se habían trabajado las cinco victorias de esta temporada. ¡Pero esto es la Gran Final, y hay que estar preparado para todo!
Otra canasta de mucho mérito a manos de Rómulo Aguillaume en el uno contra uno definiendo muy bien los pasos en un ágil euro-step devolvió alguna sonrisa dentro del conjunto Numantino, pero ya se apreciaba que Arturo Soria necesitaba milagrosas individualidades para contrarrestar los golpes de unos Correcaminos que jugaban y fluían como una máquina bien engrasada en la que todos aportaban su granito de arena; 6-15.
Segundo cuarto: un período totalmente igualado, a la altura de la ocasión
Desde momentos previos al pitido inicial, las ruidosas y coloridas aficiones habían dado comienzo a su particular batalla de cánticos, arropando y animando a sus representantes a unos decibelios que no pasaban desapercibidos en el abarrotado pabellón. Con todo este ruido y expectación dio comienzo el segundo cuarto, un período que los chicos de Arturo Soria comenzaron en una defensa en zona 2-3 que intentaría cortocircuitar la circulación de los Correcaminos.
Los Numantinos necesitaban con urgencia volver a meterse en el partido, porque todos eran completamente conscientes de que el rodillo de los de Alcobendas no frena una vez que ha cogido inercia. La primera ofensiva de Arturo Soria en este cuarto se saldó con un lejano lanzamiento de Diego Ponz, una ayuda más que necesaria para un Rómulo Aguillaume al que le iba a costar ponerse el equipo a las espaldas con la intensa defensa cara-a-cara que Marcos del Olmo le había planteado.
Y con los brazos en alto y la zona plantada, la segunda defensa de los Numantinos dejó completamente solo a Luis Guil en 45º. Os podéis imaginar el resultado... ¡Bingo! La zona puede ser una defensa muy efectiva para motivar un parcial a favor, pero no si dejas al mejor tirador del equipo contrario completamente abierto a un paso de la línea de tres puntos. Y para hacer más sangre en la herida, instantes después su compañero Carlos Díez “enchufó” otro lanzamiento desde más allá del arco. Les estaban cosiendo desde la línea de tres.
Otro tiro de media de Diego Ponz servía para que los de verde mantuviesen un poco el tipo, pero otro triplazo de Luis Guil (que estaba completamente “on fire”) y una posterior penetración por el medio de la zona lideraron otro contundente parcial que estiraba la brecha hasta los 16 puntos de ventaja, forzando otro tiempo muerto de los Numantinos.
Eso sí, la salida del tiempo fue la ideal, y un triple de tremenda parábola sobre la bocina de posesión (a manos de Beltrán García), otro lanzamiento de tres con la firma de Ángel Gómez y un explosivo coast-to-coast (deshaciéndose de su par y apoyándose delicadamente contra el cristal) por parte de Beltrán García lideraron una secuencia favorable a los de verde que metió el miedo en el cuerpo a todos los seguidores del colegio Brains.
Con solo ocho de ventaja y pocos segundos para llegar al descanso, Brains jugó el último ataque con la idea de agotar la posesión y no dar más opciones de remontada a sus rivales; por lo que Alejandro González amasó el balón durante quince segundos, atrajo hasta a 3 defensores en una poderosa penetración y dobló (muy inteligentemente) a la esquina para un triple sobre la mismísima bocina del cuarto de un exaltado Jorge Llera, quien prácticamente lo celebró antes de que el balón entrase por la red. El resultado era de 20-31 antes del paso por los vestuarios.
Tercer cuarto: el MVP de la competición da un golpe en la mesa y solventa el partido
Balón en juego, breve sucesión de intrascendentes contraataques, un tiro fallado, y un poderoso rebote ofensivo por parte de Alejandro González, quien no tuvo la más mínima dificultad en girar como una peonza sobre su pie de pivote y culminar un nuevo 2+1. Siguiente jugada, mal ataque de los Numantinos, robo de balón de Alejandro González y pausado (pero estiloso) coast-to-coast en el que absorbió el contacto contra el rival y aprovechó la ventaja de altura para sumar dos puntos más a su dorsal. Nuevo tiempo muerto del colegio Arturo Soria, que no quería despedirse tan pronto del encuentro, pero empezaban a verlo muy complicado.
Durante todo el tiempo muerto, la afición Numantina dio una nueva lección de apoyo y dedicación hacia su colegio, entonando un animado “ROLO MVP, ROLO MVP” que demostraba que, a pesar del mal día, ellos no se olvidaban de las espectaculares actuaciones con las que Rómulo Aguillaume había comandado al equipo hasta la Gran Final.
Un nuevo golpe de autoridad de Eduardo Bellver (quien anotó nada más ni nada menos que tres canastas con tiro adicional) terminaba de romper el partido, añadiendo más y más peso a la losa que ya cargaban los jugadores del colegio Arturo Soria. Es cierto que una flotadora de gran parábola sobre la bocina de posesión gracias al buen hacer de Jaime Martín arrancó de nuevo los aplausos en el bando Numantino, pero los siguientes minutos fueron muy trabados con multitud de tiros mal seleccionados. Y por desgracia, este ritmo frenético que debía de suponer una oportunidad de remontada, significó tan solo el transcurso de unos muy preciados minutos que cada vez escaseaban más.
Además, en pleno caos y ajetreo, un nuevo lanzamiento desde 6,75 con el sello de Luis Guil (en toda la cara del defensor) tras un inteligente extra-pass de Alejandro González parecía suponer el golpe definitivo. Esta acción requirió un nuevo tiempo muerto de Arturo Soria para ver si podían lavarle la cara al partido en lo que quedaba de choque, porque el partido solo tenía una dirección…
La afición de Arturo Soria no perdió la ilusión ni la emoción en ningún momento, manteniéndose a la altura (y a los niveles sonoros) de los alegres seguidores del colegio de Alcobendas, quienes vivían una auténtica fiesta en las gradas previendo la inevitable victoria.
El tercer período llegó a su conclusión con un curioso y deleitante intercambio de canastas por parte de las dos plantillas; trabajada canasta a aro pasado de Beltrán García, canasta a tablero a falta de tres segundos y chocando contra su par de un Alejandro González que dominó el cuarto por completo, y un robo de balón en el saque de fondo de un avispado Luis Guil que consiguió forzar dos tiros libres que evidenciaban que a pesar de la abultada renta, los Correcaminos siempre van en quinta marcha; 24-51.
Cuarto cuarto: Brains disfruta en la pista, y en la grada, de una celebración anticipada
Se pone el balón entre las cuatro líneas del campo, y en el mismo saque de medio los jugadores de Arturo Soria comenten infracción de campo atrás. Estaba claro que no era su día, y fue una verdadera pena, porque previamente a la final los Numantinos nos habían deleitado con un maravilloso baloncesto a lo largo de toda la competición…
Y en la jugada posterior, ¡boom! triple esquinero de Alejandro González (en una jugada exactamente idéntica a la que sentenció la prórroga en los Cuartos de Final contra San Agustín), aunque esta vez fuese tan solo para ampliar la brecha hasta los 30 puntos de ventaja.
Arturo Soria ya tenía a toda la segunda unidad en pista, y estos chicos también demostraron garra y esfuerzo hasta el último minuto. Y es verdad que la diferencia en el marcador era muy contundente, pero los jugadores saben la responsabilidad que representar a su colegio conlleva y no se toman ni una sola jugada a la ligera; apabullante tapón contra tablero de Javier Salazar para demostrar que, en la Copa Colegial, el orgullo prevalece más que nada.
Otra prueba de que a pesar de no ser rival en el resultado, sí que lo serían en ganas y dedicación, fue otro soberbio pincho de merluza de Manuel Moreno. La grada de Arturo Soria recompensó este tardío esfuerzo con más y más cánticos de apoyo, sin dejar de alentar a sus jugadores a pesar del varapalo que mostraba el electrónico en lo alto del pabellón.
Ya en la recta final del encuentro, un refinado hesitation move de Eduardo Bellver le permitió dejar completamente descolocado a su par y anotar otra tajante canasta, más la falta personal del desorientado defensor. Nadie podría negar que los Correcaminos dominaron el cruce de principio a fin con una nueva lección táctica de Marcos del Olmo, un entrenador que ha conseguido jugar con una fluidez y una solvencia sorprendentes jornada tras jornada.
Y tras unos minutos sin trascendencia alguna, en los que lo más resaltable fue la intensidad con la que se vivía el pique de aficiones, Luis Guil nos dejó otra perla para el museo de esta edición de la Copa Colegial 2018: Luis le pone los patines a su defensor, le hace bailar con un par de botes a ras de suelo, mediante un letal crossover le deja tumbado por los suelos y con un eficiente step-back se levanta desde el perímetro para asestar la definitiva y categórica daga al corazón de los Numantinos. ¡Épico!
Después de este highlight a escasos segundos del pitido final, todos los asistentes a la velada estallaron en júbilo y asombro; muchos por la felicidad y la satisfacción de haberse proclamado campeones de Madrid con un contundente 29-67 en el tanteo, otros por el puro deleite del espectáculo presenciado y otros por el amargo orgullo de haber llegado hasta una más que meritoria Gran Final que les categoriza como dignos subcampeones de la capital.
Con este resultado y tras una cordial y reglamentaria entrega de premios, despedimos la edición de la Copa Colegial Masculina 2018 queriendo reconocer el trabajo y talento demostrado por todos los miembros del colegio Arturo Soria. Y por supuesto, resaltar también el tremendo nivel baloncestístico mostrado por todos los componentes del colegio Brains: un entrenador con unas directrices muy estrictas pero muy efectivas, una afición que ha colonizado todos los colegios de Madrid a los que ha ido, un base (Ricardo Carazo) que les ha sabido dirigir en los momentos más duros cuando algún partido se les complicó más de la cuenta, un alero (Luis Guil) que ha acribillado a todos los equipos con una puntería digna de un profesional, y, sobre todo, un all around player llamado Alejandro González que ha dominado todos los aspectos del juego en los cinco encuentros en los que se ha forjado claramente su designación como MVP de la Copa Colegial 2018.
Redacción. Hace 5 días
Redacción. Hace mas de 1 semana
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