En el año 73 a. C un grupo de esclavos se fugaron de la escuela de gladiadores en Capua y se refugiaron en las faldas del Vesubio. Aquellos hombres de procedencias diversas estaban dirigidos por un líder, una figura de la que sigue aumentando su leyenda siglo tras siglo…Espartaco. Es una historia que nos muestra como unos pocos se enfrentaron al poder supremo de Roma, sin vacilar, luchando hasta el final pese a las consecuencias. En el otro bando los romanos del colegio Alameda de Osuna contaban con una plantilla de jugadores poderosos y decididos, encabezados por los cónsules I. García e I. Fernández. Espartaco, representado por G. Martín dignificó lo que debe representar un jugador de equipo, de esos que hacen muchas cosas que no se apuntan o clasifican pero que se sienten, y que contó con el apoyo de sus generales D. De Teresa, J. Jiménez y D. De Teresa durante todo el encuentro. El plan era sencillo, reagruparse, atacar y resistir la poderosa fuerza y los embistes que llegarían por parte del colegio Alameda. La batalla te acercaba un paso más al sueño de disputar la final de la Copa Colegial. La rebelión contra la autoridad, la astucia contra la fuerza, iban a colisionar dejándonos un enfrentamiento para el recuerdo.

El escenario planteado por los locales lucía impresionante. La afición se dejaba notar, bien ganada tienen la fama que les precede creando un ambiente de eliminatoria fantástico. Las circunstancias que se desarrollaron durante el partido sin duda favorecieron a crear una sensación de tensión y suspense digno de una película de Alfred Hitchcock. Por los locales, formaron para Alameda de Osuna: I. García, G. Abad, H. Puente, F. Iglesias e I. Fernández. Los visitantes, el colegio Joyfe, hacían lo propio con: G. Martín, I. Ternero, D. De Teresa, J. Jiménez y V. Jiménez. Todo estaba listo.

Primer cuarto. Empezaba el enfrentamiento con ambos equipos bien pertrechados bajo sus defensas, presionando arriba a fin de dificultar las transiciones defensa-ataque. Los rebeldes de Joyfe circulaban bien el balón en ataque, sin prisas, buscando buenas oportunidades de tiro y obteniendo las primeras ventajas. I. García tomaba los mandos del ataque cargando sin cesar el aro rival, obteniendo faltas personales y sembrando las dudas en la defensa de Joyfe. Consciente del peligro que suponía, la defensa de Espartaco realizaba esfuerzos para no entregar canastas fáciles, y nuestro protagonista, el número 17, G. Martín, decidió emparejarse con el local I. García para evitar la sangría. La consigna en Alameda era clara, salir lo más rápido posible al ataque tras coger el rebote. I. Fernández mostraba su repertorio de fundamentos en ataque unido a una imponente presencia física que castigaba la zona rival, ampliando la ventaja para Alameda. Joyfe atacaba con orden, pero no encontraban acierto en el tiro exterior, ni buenas situaciones en la pintura, debido por supuesto a la buena defensa local. F. Iglesias acaparaba gran parte del ataque estático, decidiendo mediante acciones de tiro y uno contra uno en las que explotaba sus cualidades dejando el marcador en 12-6.

Segundo cuarto. Pese a la calidad de los jugadores, las defensas nos decían que no sería un partido de anotación. Y sabes que, mejor. Muchas veces se agradece ese tipo de baloncesto en el que no se regala nada, en el que cada canasta tiene que trabajarse, y sobre todo, que también penaliza el exceso de tiro exterior. Joyfe proponía un ataque en el que todos participaban de la jugada, empezaron a obtener canastas fruto de tiros exteriores mientras seguían bien resguardados en defensa. Por parte de Alameda A. López aportaba para los suyos con entradas a canastas y jugadas de fuerza hacia el aro rival, contaba con el apoyo de G. Rodríguez, quien anotaba una preciosa canasta de gancho, de las que cada vez se ven menos. J. Jiménez se atrevía con los hombres fuertes de Alameda, entrando y buscando situaciones para hacer daño a la defensa local. Uno de los rebeldes de Joyfe, pieza clave en otras eliminatorias, tras varios minutos con desaciertos y sin encontrar sensaciones, sencillamente estalló. En un partido donde las canastas se negociaban muy caras, D. De Teresa anotó tres triples seguidos para dinamitar el partido, y para mostrar a los poderosos locales que los rebeldes, todavía seguían aquí.  A. González, tras una preciosa fina y con la posterior “bomba” de Navarro, remontaba el marcador y adelantaba a los visitantes 23-28.

Tercer cuarto. Los locales parecían tener el partido controlado hasta entonces, su defensa no concedía canastas fáciles, cargaban el aro con ataques rápidos que la defensa de Joyfe contenía, sí, pero en ocasiones daba la sensación de que no les podían parar pese a los esfuerzos de Espartaco y los suyos. La explosión de D. De Teresa no dispersó a los locales, quienes empezaban anotando en el cuarto por parte de sus hombres fuertes, I. García e I. Fernández. De casi nada sirve tener un físico privilegiado si además no lo acompañas de técnica. Ambos jugadores la tenían, de ahí la importancia de la defensa de Joyfe para “sostenerlos”. Lo intentaron desde luego, pero I. Fernández sacó el orgullo local asumiendo responsabilidades y ofreciendo una exhibición de juego y anotadora que los visitantes no podían detener. En Joyfe, sus jugadores se entendían en ataque, realizando maravillosas triangulaciones y cortes al aro, en las que obtenían canastas en posiciones cercanas. Para contener estas embestidas, D. De Teresa recortaba la euforia mediante tiro exterior y penetraciones al aro en los que mostraba su excelente balance y movimiento de balón. Espartaco no se rendía, arengaba a los suyos y daba ejemplo en defensa, encargándose de I. García o I. Fernández, entraba a canasta y doblaba el balón, robaba balones en defensa, molestaba en cada jugada. Estaba en todos lados. Así, se llegaba al final del cuarto con las espadas en todo lo alto con I. Fernández apoderándose del partido por completo y dejando el marcador en tablas. 38-38.

Cuarto cuarto. Habiendo sofocado en parte la rebelión propuesta por Joyfe en el segundo cuarto, Alameda llegaba eufórica a la recta final. Su público les había ayudado a volver a meterse en el partido, su defensa seguía funcionando y cualquiera de sus hombres importantes podían aparecer en cualquier momento, decantando la situación para los suyos. Pero las cosas iniciaron de una manera que no preveían. Espartaco, con una canasta tras rebote en ataque, y sus dos generales D. De Tersa y J. Jiménez anotaban para Joyfe, dando el primer zarpazo al marcador. La respuesta no se hacía esperar y los poderosos locales anotaban por medio de G. Abad, desde la línea de tres, y F. Iglesias. Cada defensa era un infierno para los rivales, intensidad y contacto estaban permitidos en estos momentos del partido. I. García seguía tratando de cargar la zona visitante, mientras los guerreros de Espartaco se reagrupaban para frenarlo.

El partido se volvió loco en algunos ataques, con ambos equipos mostrando el nerviosismo del momento. G. Martín, Espartaco, en un afán de encontrar soluciones, cogió el balón en su campo y descontrolado y salvaje lo condujo hasta la zona de Alameda, sin importar quien se pusiera en frente. Su esfuerzo no se vió recompensado con los tiros libres. Empatados, I. García obtenía petróleo adelantando a su equipo gracias a rebotes en ataque, los cuales a estas alturas de partido, se pagaban muy caros. Con los locales arriba en el marcador, pudieron ampliar y sentenciar el partido con tiros exteriores, que finalmente no entraron. Una vez más, cuando la situación era límite, Espartaco zarandeó a sus hombres, con canastas mas de corazón que de cabeza, empatando el marcador de nuevo. La tensión era asfixiante, cada ataque, defensa, tiro o pase era crucial y los errores no estaban ya permitidos. El numero 0, D. De Teresa, quien había errado algunos tiros anteriores pese a tener buenas situaciones de tiro, no se arrugó y continuó intentándolo, obteniendo la que sería la canasta definitiva del partido desde la línea de tres puntos. Con una posición y una mecánica estética, ponía a Joyfe tres puntos arriba. I. Fernández, quien había realizado un partido memorable, cometió pasos la siguiente jugada dejando el partido prácticamente sentenciado para Joyfe. D. De Teresa, con la confianza de haber anotado la canasta decisiva, acudió a la línea de personal para asegurar el partido en las siguientes jugadas. Los rebeldes de Joyfe hicieron muchas cosas bien: resistieron y no se desesperaron en defensa ante las embestidas de Alameda, circularon bien el balón en ataque involucrando a muchos jugadores en la ofensiva. La profundidad de banquillo les permitió mantener la intensidad durante todo el choque y fundamentalmente, estuvieron mas acertados en la siempre difícil toma de decisiones de los momentos clave. Los gladiadores de Espartaco finalmente, obtuvieron su libertad y su pase a la siguiente ronda de la Copa Colegial.

Al acabar el partido las valoraciones. Irene, entrenadora de Alameda nos comentaba “creo que hemos aguantado muy bien el partido, poniéndonos por delante con una ventaja de seis puntos. Debido a que teníamos una plantilla muy corta, el esfuerzo de los jugadores se ha notado. Felicitar al rival porque ha hecho un partidazo”. Por los visitantes, Ismael nos decía “veníamos sabiendo que iba a ser muy duro. Hemos empezado muy mal, pero en el segundo cuarto con los tres tiples seguidos de D. De Teresa nos hemos metido en el partido. No hemos podido correr durante el partido debido a la defensa de Alameda. Les tengo un poco crucificados porque queremos jugar la final, lo hablamos al principio de Copa y lo estamos consiguiendo”.

MVP COLEGIO ALAMEDA. I. Fernández. Jugador poderoso en ambos lados de la cancha. Potencia y físico descomunal que le permite atacar el aro con garantías. Buen manejo de balón y tiro exterior. Muy difícil de parar en acciones cercanas al aro.  

MVP COLEGIO JOYFE. D. de Teresa. Posee un abanico de fundamentos que le permite hacer todo en la cancha. Capacidad de liderazgo para asumir tiros, excelente manejo del balón y gran visión de juego. Busca involucrar a los compañeros y puede decidir con acciones individuales. Estuvo cuando el equipo más le necesitó.