¿Sabéis ese momento en el que no necesitas pensar que estás haciendo algo? ¿El instante en el que todo pasa muy rápido y piensas con nostalgia en el segundo anterior que ya no volverá? Cada año, una sensación así se vive con el AllStar en las 9 ciudades de la Copa Colegial.
Y si nos vamos a Madrid, ese sentimiento, no sabemos la razón, se multiplica. Sonríes, eres feliz, viendo a las estrellas brillar. Y lo mejor, que el cielo (y casi toda la galaxia) esboza una sonrisa contigo. El colegio Los Sauces La Moraleja también lo hizo, batiendo un récord de asistencia en un evento de esta magnitud y viviendo experiencias que se antojan complejas de perder en la memoria.
Así sucedió desde el salto inicial, después de que Pedro Bonofiglio pusiera con su maravilloso timbre de voz la luz (el color ya lo llevaban los jugadores con su magnífica indumentaria). En total, 90 puntos se narraron desde una mesa de marcadores que, por una vez, dejó la tensión a un lado para seguir haciendo lo que todos pedimos cuando un tal James Naismith inventara este deporte: disfrutar.
También lo hicieron los señores colegiados, presentes y dignos jueces de justicia de una jornada que no buscaba héroes ni heroínas. Sólo buscaba honrarlos. La distinción, en forma de MVP, fue para Alejandro González (Brains), en chicos, y Claudia Gómez (Los Sauces Torrelodones), en chicas; el aplauso, magnánime, para todos los merecidos asistentes.
Y entre medias de la primera canasta, obra de la kanguro Nerea Mora, y la última, de Pablo Jérez, insuficiente para que el Este pudiera remontar al Oeste, hubo mucho que escribir. Y sobre todo que vivir. Digno de mención fueron los 40 minutos de la cancha, y lo que hubo entre medias.
Los dunkers (desde el sobresaliente hasta la matrícula de honor) que proclamaron como triunfador al navegante Pablo Buenaventura, con Álvaro Barragán (Virgen de Atocha), Fernando Álvarez y Nicolás Lorenzo (Santa María del Pilar) poniendo la competividad en su máximo nivel. Por su parte, los lanzadores (desde el triple) afinando su escopeta para dirgir de forma certera su participación hacia el triunfo. Nicolás Gutiérrez (Estudio) e Irene Gordillo (Basket Veritas) triunfaron.
Pero también fue una gran victoria la que obtuvo una joven que bien podria ser una triunfita: Paula Becker y su dulce voz cautivaron a todo un colegio. No es para menos, se esperaban estrellas, y llegaron cometas soberbios. Sólo ocurre una vez al año, pero la Copa Colegial deja por estas fechas que los sueños se hagan realidad.
#TienesQueVivirla
