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Sin duda su trayectoria en la Copa Colegial de Zaragoza merecía terminar con un título en su palmarés pero, aunque el Estandarte femenino se haya resistido año tras año a posarse en las paredes del pabellón de Salesianos, cuando hablamos de Miriam Navarro hablamos de una de las jugadoras más destacadas de la historia de la competición.
Más allá de sus méritos deportivos, Miriam ha sido siempre ejemplo de compromiso con su colegio y ha derrochado simpatía y saber estar en cada intervención, entrevista o fotografía en las que la hemos embarcado a lo largo de estos años.
Deportivamente, se retira de la Copa Colegial con un fantástico partido de semifinales en el que anotó, ante Hipos Compañía de María, 16 puntos, con 7 rebotes y una asistencia que, sin embargo, no bastaron para llevar a sus Centurionas a una nueva Gran Final.
Atrás quedan 10 partidos, 104 puntos, 49 rebotes y 16 asistencias, unas cifras que la situan en el firmamento de las más grandes estrellas colegiales. Una historia que comenzó un 24 de febrero de 2013, cuando Miriam anotaba su primera canasta (acabó con solamente 2 puntos ese partido) en la pista de El Salvador, contribuyendo al pase de Salesianos, que por aquel entonces aun no eran Centurionas, a la Gran Final. Desde ese momento, su palmarés es apabullante. 6 veces elegida MVP de los partidos de su equipo (entre ellas 2 veces MVP de la Gran Final); 3 veces Jugadora Bifrutas de la Semana (2015 y 2016); ha jugado los All Star de 2014 y 2015; elegida en el Quinteto Bifrutas de 2013 y 2015 y máxima anotadora en 2015.
Esta semana, más merecido que nunca, el broche de oro a una gran carrera colegial, lo pone este premio a la Jugadora Bifrutas de la semana. Con letras mayúsculas y en negrita, con todos ustedes... MIRIAM NAVARRO.
