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Roger Gascó busca redención
Dos tiros libres fallados en el momento más inoportuno dejaron al Maristes Sants sin título en la final de la Copa Colegial de Barcelona 2015. El protagonista de esa desafortunada acción, Roger Gascó, nos lo cuenta ya con una sonrisa en la boca: “Era el final del partido… me pasaron muy tarde el balón cuando estaba bajo canasta y me hicieron falta. Me tembló la muñeca y fallé, pero bueno, aprendí la lección”.
(Quién sabe cómo hubiera sido la respuesta si la pregunta hubiese sido justo al acabar la final). Y es que ahora, el bueno de Roger, un pívot con buenos movimientos al poste, ha perfeccionado esa faceta: “Desde aquel día meto todos los tiros libres. He adoptado una mecánica que es muy poco estética… pero extremadamente efectiva”.
Ahora, en su segundo año en la Copa Colegial (un veterano, vaya), busca la redención. Cambió de escuela, y recientemente ha vuelto a clasificarse para la gran final, después de que el Escolapis Sarrià (su nuevo ‘hogar’) superase al Bon Pastor (65-50) en las semifinales.
“Jugar con tus amigos es siempre distinto y especial. Vienen los compañeros de la escuela a verte, profesores… el ambiente es realmente increíble. Si por mi fuera estaría dentro del equipo técnico el próximo año”, asegura Roger, que desde los 7 años lleva unas zapatillas de baloncesto.
Buscará ganar el estandarte que se le escapó antaño… porque ya no tendrá más oportunidades de disputar la competición.
¿Futuro profesional? “La verdad es que no (risas). Es muy difícil en este mundo. Si a esta edad no estás en un Barça o Penya… es muy complicado. Estoy estudiando un grado medio cuyo objetivo es sacarme el título de entrenador”.
¿Y qué le diríais a un jugador que fallase unos tiros libres tan importantes como los que tú fallaste? “Bueno, le diría que no se autoimpusiera una carga demasiado grande porque en un partido hay mil acciones que deciden los partidos. Pero claro, la última siempre es la que se recuerda más”.
Roger Gascó… ¿será el héroe esta vez?
