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¡Estudio!...otra vez

Crónica: Alvaro Rigal Fotos: Javier Martínez - 12 de Marzo de 2011

     

Todos habéis oído hablar de la Marea Verde, pero ¿lo habéis vivido? Porque si no es así, os aseguro que no os podéis hacer una idea de lo que estamos hablando. Uno llega a La Moraleja tranquilamente, un viernes por la tarde, y todo parece en calma. Familias a la salida de los colegios, niños alegres ante la perspectiva del fin de semana... pero cuando una vez que se cruza el umbral del pabellón de Los Sauces, ¡la locura! Un graderío totalmente abarrotado y ruidoso, atestado de chavales de todas las edades, da fe de que estamos hablando de algo grande. Son las semifinales de la Copa Colegial ABC, enfrente están los vigentes campeones del Colegio Estudio y la adrenalina se desborda desde muchos minutos antes de que comience el partido.

Solo estamos en la rueda de calentamiento, pero el pabellón ya es un espectáculo: banderas, megáfonos, globos, bocinas... Ambiente de fiesta para los locales y un auténtico infierno para sus rivales, en una tarde en la que la Marea Verde más bien parece una mar arbolada en plena tempestad. Todos toman posiciones cuando llega el turno de las presentaciones, y un luminoso ejército de cheerleaders forma el pasillo agitando los pompones mientras suenan por megafonía los nombres de los héroes que van a enfrentarse en la pista. Ha llegado la hora, las quintetos iniciales están en la cancha dispuestos a darlo todo para obtener el pasaporte que da acceso al partido que todos quieren jugar: la Gran Final de la Copa Colegial ABC.

El balón ya está en juego y el estruendo en ensordecedor, pero el nivel de decibelios se dispara cuando llega la primera canasta del partido, por medio de Demetrio Garzás. No sería ni mucho menos la última del talentoso base de Los Sauces. Estudio tarda un poco en conseguir sus primeros puntos, pero cuando lo hacen, despliegan su temible presión en todo el campo, algo que a ningún rival puede sorprender, pero que sin duda, todos temen. Y no es para menos, en su primera defensa presionante, condenan a Los Sauces a perder el balón por superar los ocho segundos en su propio campo: una vez más, asistimos al sensacional espectáculo defensivo “made in Estudio”.

Está claro que los chicos de amarillo van a jugar como lleva haciéndose toda la vida en los campos de Aravaca: a defender y a correr. Solo que en el caso de estos Halcones, lo más preciso sería hablar de defender y volar, porque su ritmo es de auténtico vértigo. Sus penetraciones al aro son continuas, pero la circulación de balón tras ventaja no se queda atrás, consiguiendo de esta manera un bonito triple de Carlos de la Iglesia. Sauces se ha contagiado de la velocidad de sus contrarios y eso les pasa factura: malas elecciones de tiro y decisiones precipitadas fuerzan a coach Rodríguez a solicitar su primer tiempo muerto con 5-11 en el marcador para tratar de contener el huracán.

Sin embargo, no parece que nada haya cambiado, porque en la siguiente jugada, nuevo robo de Estudio y nueva canasta fácil; acción que es seguida de una bonita jugada de estrategia desde saque de fondo para que anote Guillermo Ruiz. Estudio ya va diez arriba en solo cinco minutos. ¿Será verdad que este equipo es imbatible? ¿Es una utopía que Los Sauces les plante cara? ¿Tendremos el partido decidido antes del descanso? Hay un par de chicos que no están de acuerdo: Demetrio Garzás y Carlos De Juan. ¿Os suenan sus nombres, verdad?

En un elegante gesto técnico, Garzás le rompe la cintura a su par y vuela muy arriba para conseguir un 2+1 de absoluta plasticidad. De Juan se ofrece continuamente como referencia, fuerza faltas y anota tiros libres...y si falla uno, coge su propio rebote y ¡anota dos puntos más a la media vuelta! Ruge la grada y la gente se viene arriba, porque este parcial de 7-0 deja el marcador en 12-15 al final del primer cuarto. Los Sauces han sabido reaccionar rápidamente y el partido está totalmente abierto.


Los Halcones sacan las garras

De nuevo en cancha, los jugadores tienen claro que han de dejarse la piel en defensa, pero tras veinte segundos cerrando el camino al aro, se encuentran con que Guillermo Ruiz enchufa un triple desde su casa. Ése ha sido de los que hacen daño, pura sensación de impotencia ante semejante bomba de profundidad. Pero solo ha sido el inicio, en los siguientes minutos, los Halcones van a mostrar su mejor cara, cruzando la pista una y otra vez a mil por hora y penetrando sin descanso hacia el aro rival para desplegar su presión inmediatamente después. Los jugadores de Sauces están revolucionadísimos ante este ciclón e intentar pagarles con su misma moneda, pero eso no es más que cavar su propia tumba: parcial de 0-7 y otra vez a diez. Estudio mueve mucho el banquillo, pero son un bloque perfectamente engrasado: no importa quién esté en cancha, que la maquinaria continúa funcionando a toda potencia, e incluso nos deleitan con una preciosa asistencia sin mirar de Juan Rojo para que anote Javier Murillo. El entrenador de Los Sauces se ve obligado a pedir otro tiempo muerto: es importante acercarse de nuevo antes del descanso.

Parece que esta vez el tiempo muerto sí ha cambiado algo: Los Sauces optan por defender en zona y redoblan su entusiasmo, especialmente después de que Carlos De Juan coja un rebote defensivo y se cruce la pista a grandes zancadas para anotar. ¡Tremendo coast-to-coast! Sin embargo, Estudio sigue firme, y un 2+1 bajo el aro de Francisco Goñi manda el partido al descanso con 25-36. Solo sería una más de las muchas canastas decisivas del pívot de Estudio, un jugador enorme en todos los sentidos.

Entre los aficionados se comenta que recibiendo 36 puntos en dos cuartos es imposible ganar, y que es necesario bajar el ritmo de anotación de los incansables Halcones. Sin embargo, no hay mucho lugar para el análisis, porque en la cancha estamos asistiendo a una espectacular exhibición de mates con mini-tramp que nos deja boquiabiertos. Literalmente cada mate hace que nuestra mandíbula caiga más abajo: si uno se pasa el balón entre las piernas, el siguiente recibe un pase por detrás del tablero. Si pensamos que no hay nada más complicado que saltar por encima de un tipo que tiene a otro subido a hombros, los tres “dunkers” nos sorprenden con un mate en equipo lanzándose el balón contra el tablero. Nunca se pasó un descanso tan rápido: el nivel de entusiasmo y excitación en el pabellón sigue al máximo cuando las plantillas vuelven a la pista.


Intercambio de golpes

Todos suponíamos que Los Sauces iban a salir del descanso a por todas, ¡pero lo que ocurre en los primeros minutos del tercer cuarto supera todas las expectativas posibles! Empieza el show Demetrio Garzás con una buena canasta a la media vuelta, y continúa con dos puntos más de David Ramos, todo un ejemplo de constancia y solidez a lo largo de todo el encuentro. La zona 1-3-1 está poniendo en serios problemas a los Halcones, lo que permite a Los Sauces correr en buenas condiciones por primera vez en el partido. ¡Y vaya si lo hacen! Un bonito alley-hoop para De Juan en carrera pone al público de pie, pero antes de que nadie haya tenido tiempo de sentarse, Los Sauces han recuperado el balón, el mismo De Juan coge el balón, se va a por el aro y...¡¡mate a dos manos!! ¡¡La locura!! Verdaderamente el pabellón de Los Sauces está sólidamente construido, porque no muchas edificaciones aguantarían el delirio de saltos y gritos que estalla con tremenda fuerza por todos los rincones. ¡Los Sauces ya está a tres, han vuelto al partido a toda velocidad y de la forma más espectacular posible! Naturalmente Coach Mordt se ve obligado a pedir su primer tiempo muerto, para dar aire a unos Halcones que se están ahogando en la Marea Verde más salvaje jamás vista.

A pesar de que Los Sauces logra ponerse a uno gracias a un dificilísimo tiro de De Juan, (de seis metros y con una mano en la cara) pronto podemos ver que las tornas han vuelto a cambiar, gracias al liderazgo de un jugador pequeño pero rebosante de talento: Ignacio Iriarte. El base de Estudio consigue despertar a sus compañeros a base de veloces robos al bote, asistencias de fantasía y gritos de orgullo. No tarda en contagiarse Guillermo Ruiz, que se une a la fiesta con un pase por la espalada y un triple. Ahora Estudio ha vuelto a recuperar su identidad, y ya sabemos cómo son las cosas cuando eso ocurre: más robos, más velocidad, y los rivales intentando encontrar su sitio en pleno aturdimiento. Y es que cuando los Halcones presionan, la línea de medio campo puede darle lecciones a la defensa de los Packers sobre cómo ser verdaderamente infranqueable. Por si esto fuera poco, la puntilla la pone un triplazo de Javier de la Gándara. El parcial ha sido de 2-13. El marcador señala una diferencia de doce puntos de ventaja para Estudio. Solo queda un cuarto. ¿Partido decidido?


Épica batalla final

Ya sabéis que no, por supuesto. Qué os voy a contar a los aficionados de la Copa Colegial ABC que no hayáis visto ya. Cada uno de los seguidores de Los Sauces presentes en el pabellón y cada uno de los jugadores en la pista afrontan el último cuarto con un solo pensamiento: remontar doce puntos a Estudio en un cuarto es posible. Puede parecer una locura, y de hecho lo es, ¡pero es que en esta competición la locura se desata continuamente!

El arranque del último cuarto ofrece razones para creer en el milagro: Mikel Matiarena consigue una canasta con adicional, y aunque falla el tiro, el rebote es de nuevo para Los Sauces que van de nuevo a la línea. Esta última falta es protestada y a Estudio le cae una técnica...mala idea perder la cabeza en los momentos calientes, pero es que ¡resulta difícil mantenerse sereno en este ambiente! Son cuatro tiros libres para Los Sauces y balón, se han encontrado con una oportunidad inmejorable para acercarse en muy poco tiempo.

Tres de los tiros van dentro y en la siguiente posesión asistimos a algo que pocas veces se ve en las pistas de baloncesto de cualquier categoría: De Juan recibe el balón en 6'25, su defensor está totalmente encima de él, pero a pesar de ello se levanta y ¡sí! ¡¡3+1!! Un triple con adicional que muy muy pocos son capaces de firmar. Cualquiera estaría desatado, pero no De Juan, que con total frialdad mete el tiro libre entre el caos y la euforia que inundan el pabellón. Vuelve tranquilamente a defender y en la siguiente jugada...¡tapón! No hay adjetivos que hagan justicia a la exhibición de este jugador. Los Sauces se han puesto a tres y ya no queda nadie capaz de ver este partido sentado. Aún faltan seis minutos, pero ya estamos todos sin aliento.

Los dos equipos saben que llegados a este punto, la defensa es lo que puede marcar la diferencia en tan poco tiempo, y aprietan las tuercas a sus rivales en cada metro, en cada centímetro. Ganar la posición o botar hacia el aro es en sí mismo toda una pelea agotadora, y en mientras pasa el tiempo, el marcador apenas se mueve. En estos momentos vuelve a cancha Francisco Goñi, el pívot de Estudio debe ser decisivo ¡y vaya sí lo es! Asumiendo su responsabilidad y sin esconderse en ningún momento, Goñi se hincha a rebotes en los dos aros y se ofrece constantemente.

Ya solo faltan cuatro minutos, los dos equipos están en bonus, y el acierto desde la línea de tiros libres va a ser la llave para la final. Goñi no falla, De Juan tampoco. Pero mantener ese nivel es prácticamente imposible, y cuando Los Sauces tienen la oportunidad de ponerse por delante por primera vez en todo el encuentro, fallan tres tiros libres seguidos, y es que no es fácil que no te tiemble la muñeca cuando en juego está el pase a la Gran Final Colegial y ya no hay margen de error...

El pabellón entero tiene muchos problemas para aguantar la tensión, los aficionados gritan, saltan, se muerden los puños de la camisa. Faltan tres minutos, Estudio va uno arriba y tiene balón y los cánticos de “DE-FEN-SA” hacen retumbar las paredes... pero Goñi consigue anotar muy meritoriamente bajo el aro, ¡vaya lección de dar la cara en los momentos decisivos! Más tiros libres para Los Sauces, si Garzás falla lo tendrán casi imposible...¡pero mete los dos!

Estamos ya en el “clutch-time”, donde solo los auténticos campeones saben mostrar su mejor juego y cada rebote es medio partido. En estas circunstancias, las ansias de hacerse con el balón provocan que el cuerpo y la mente vayan al límite, es muy difícil medir y se cometen más faltas. Esta vez es Jorge Aguado el que va a línea por parte de Estudio. En medio de un brutal estruendo, anota el primero pero falla el segundo... ¡y ahí aparece Goñi de nuevo para rebotear y asistir al propio Aguado! Esa jugada puede valer el pase, apenas hay tiempo para recuperar esos cuatro puntos y De Juan no consigue encontrar el camino al aro, siendo sancionado con unos pasos muy protestados por la afición. Naturalmente hay una falta rápida por parte de Los Sauces, pero Goñi anota los dos con tremenda frialdad y da la victoria a su equipo. Finaliza el encuentro y sorprendentemente no ha habido ni un infarto en el pabellón, ¡qué tensión!

Una vez recuperado el aliento y sin que haya espacio para el desánimo, la Marea Verde se alza en todo su esplendor para homenajear sus jugadores en una comunión plantilla-afición verdaderamente emocionante y que ya quisieran para sí los equipos profesionales. El triunfo de Los Sauces (porque su papel en esta Copa ha sido un triunfo) es el de un grupo de jugadores llenos de corazón y del una afición incansable. Todo un colegio volcado con una competición en la que han dejado ya una huella imborrable. No jugarán la final, pero nadie olvidará nunca a Los Sauces 2011.

Por su parte, en el otro lado de la cancha, jugadores y cuerpo técnico de Estudio se unen en un victorioso círculo de euforia. No solo han ganado a auténticos equipazos como Valdeluz o Los Sauces en sus respectivas fortalezas, sino que además lo han hecho como lo hacen los campeones, viniéndose arriba en los momentos difíciles, superando ambientes infernales y mostrando su mejor juego cuando el tiempo se acababa y los fallos suponían caer eliminados. Estos tipos son algo especial...

Ahora tienen ante sí el reto más bonito y ansiado por todos los jugadores de la Copa. Imponerse en la Gran final, con el aliciente añadido de firmar el “Back to Back”. Solo queda un obstáculo, pero es de los mayores: los Caimanes de San José del Parque..

Amigos, ya tenemos final, y está claro que va a ser de las buenas. ¿Podremos aguantar la espera hasta el Gran Día?







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¡Supermán De Juan!

...y la réplica amarilla

Los Halcones tuvieron que luchar cada balón...y esa es la espcialidad de Goñi

Garzás aguantando el balón

Fran Goñi y David Ramos, Jugadores AND1 del partido, con Pablo Martínez retránsmitiendo la jugada