Crónica : Jorge Luis "Lewis" Rodriguez / Fotos: Edu Candel - 5 de Marzo de 2011 |
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A ver, seamos sinceros. Muchas veces uno se exalta más de lo debido al hacer la crónica de un partido de la Colegial, por todo lo que ello implica: estás en caliente aún, te lo pasaste genial viendo al público y las animadoras, te quedaste pasmado con detalles técnicos de los jugadores, el enésimo mate en la rueda de calentamiento te hizo pensar “leñe, cuando yo jugaba a esa edad la gente no hacía esas cosas…” mientras derramas una lágrima por tiempos pasados que nunca volverán… Es cierto, a veces me di cuenta de que me había pasado con tanto halago, emotividad y locura en más de una crónica. Pero quiero dejar claro que el partido que viví ayer en Valdeluz no es uno de esos casos. En mis dos años de vivir toda esta locura no había visto nunca nada igual. ¿En cuanto a emoción? Sí, la final de chicos del año pasado fue bestial. ¿En cuanto a calidad? El Estudio – Corazonistas de chicas que cerró la temporada pasada tuvo jugadas realmente enormes por parte de ambos equipos… ¿Pero que se conjuntasen ambas cosas, acompañadas además por un ambiente ensordecedor y de animación como el que había? Pues quizá me falle la memoria, cierto, pero ahora mismo no se me ocurre ninguno, en serio. Y es que ver una cancha tan peculiar como el gimnasio del Valdeluz, con esa grada de fondo absolutamente abarrotada con aficionados, bombos, pancartas, banderas…Ver a los chicos de ambos equipos colgándose del aro sin compasión una vez tras otra en la ronda o haciendo impresionantes tiros y entradas (recordemos la lagrimita de la que hablaba antes), ver que llegan Pablo Martínez y Joe Llorente a ver el partido y que casi ni entiendes lo que te dicen con el ruido que hay… pues habrá a quien no le diga tanto, pero a mí me pone los pelos de punta. Y eso que todavía ni siquiera había empezado lo bueno. ¿Qué? ¿Ya? Vaya, no me enteré. Es que me pilló mirando a la pancarta del Dragón de Valdeluz… ¡Balón al aire! Es entonces cuando uno ve si los jugadores están tan sobrecogidos con el ambiente como el que escribe o si por el contrario se dejan de tonterías y se dedican a lo que han ido; ganar y plantarse en semis de nuevo los locales o proseguir su camino hacia el back to back los visitantes. Y a fe que lo tenían bien en mente ambos conjuntos, vista la enorme agresividad defensiva con que entraron al partido. Ambos equipos salieron a pista compartiendo una individual presionante a todo campo más propia de últimos minutos de partido que del inicio, pero también los dos empezaban encontrando las claves para poder superarla, aunque sin terminar de conseguir canastas claras. En ese ambiente de tensión absoluta emergían las primeras figuras de aquellos que querían ser protagonistas, en forma de enormísimo tapón y canasta posterior por parte de Aguado en el Estudio o de pelea y lucha de Martín en Valdeluz. Cuando parecía que el partido iba a asentarse en un correcalles continuo ante las presiones de pronto Valdeluz mostraba una de sus cartas tácticas: una asfixiante zona 2-3 a la que Estudio no sabía como contestar en los primeros ataques, lo que se unió a la toma de responsabilidad en ataque del jugón Del Val, que con un estilo directo y potente hacia el aro desconcertaba a la defensa. Ante tal situación los entrenadores de Estudio aceptaban el reto y sacaban a relucir una de sus armas secretas: primeras rotaciones a pesar de lo poco que llevábamos de partido y a subir un peldaño la defensa. Entrábamos así en un final de cuarto donde los Halcones intentaban imponer su habitual superioridad física, mientras que los Dragones alternaban presionantes con zonas y atacaban el aro y el rebote ofensivo con furia, personalizado todo ello en un combativo Gómez. Antes de que nos diéramos cuenta se acababa el primer cuarto de esta impresionante batalla en la que de momento Valdeluz sorprendía con su descaro y planteamientos, pero a la que Estudio no perdía la cara siendo fieles a su estilo, aunque sin terminar de encontrar la parsimonia y altruismo habituales en su ataque estático, producto de los cambios defensivos. El marcador reflejaba todo esto en su 12-10 y con la grada plagada de banderas y rugiendo un cántico tras otro. Eso sí, al comenzar el segundo cuarto uno no podía evitar recordar cómo el primer cuarto de Estudio contra Pinosierra había sido muy parecido y como en el segundo los Halcones habían desplegado sus alas para comenzar a poner tierra de por medio sin que nadie pudiera evitarlo. El sublime pase de Llorente para canasta de Chavarri con que comenzaba el cuarto o que tanto el propio Llorente como Goñi comenzaran a ayudar en la subida de balón y a imponer su capacidad atlética parecían querer repetir ese guión… pero los Dragones estaban en su Guarida (y en el infierno para Estudio) y no pensaban dejar que ocurriese. A pesar de haber recibido un 6-0 de parcial y de lo que les costaba superar la presión, pronto encontrarían soluciones en defensa gracias a su ultra dinámica 2-3… y en ataque gracias a la inspiración de López, capaz de meter triples y suspensiones sin mayor esfuerzo. Estudio volvía a sentir que le faltaban ideas en ataque, pero era entonces cuando primero Ruiz con un canastón en penetración y luego Ayuso ordenando a sus compañeros encontraban cómo conseguir al fin su juego de pases y búsqueda de espacios, resultando indispensable para ello la ayuda de Aguado en la zona de ambas canastas. El propio Aguado aprovechaba un ligero momento de cansancio de los locales para anotar una canasta al filo del final de cuarto que dejaba las cosas al descanso 23-30. Estudio parecía haber encontrado la forma de controlar el marcador, pero no así el ritmo de juego, gracias a la continua agresividad y sacrificio de los locales, arropados por su increíble público… ¡y que se preparasen los Halcones, porque la segunda parte les tocaba atacar en el fondo donde estaba la grada! Tras la vuelta de unos vestuarios donde los Dragones habían apurado casi al máximo su tiempo, probablemente buscando la manera de no sólo estar en el partido sino de acabar superando a sus rivales, volvíamos a la maravilla del juego, esperando que no decayese lo más mínimo lo que estábamos viviendo… ay, desconfiado de mí, que no sabía que lo anterior había sido sólo el aperitivo. Valdeluz demostraba nada más entrar al campo que aspiraban a ser, más que la piedra en el camino de los campeones, el muro donde éstos vieran acabado su camino. Otro soberbio triple de López, una defensa aún más asfixiante que la anterior y la incansable casta y fuerza de Gómez les proporcionaban un 9-2 con el que empatar de nuevo el partido, rubricado todo ello con el polémico (y soberbio si realmente sólo tocó balón) tapón de Del Val a Aguado que los árbitros pitaban como falta, para enfado de la grada que tenían justo encima. En un ambiente como ése hasta el más pintado se hubiera echado un paso para atrás, pero no eran sólo los árbitros los que mantenían la calma y profesionalidad, sino también unos increíbles Llorente y De la Iglesia, que con sendos triples metían en el congelador los ánimos locales. Este último además protagonizaba una enorme presión a todo campo al base Prieto de Valdeluz, el cual a pesar de su descarado y magnífico manejo de balón no podía evitar el acoso que estaba recibiendo, viendo cómo los ya clásicos contraataques tras robo de Estudio se producían en un par de ocasiones. En esos momentos más de un quizá pensase que el 8-0 que habían recibido los locales podía minar su moral tras haber remontado hasta empatar, pero nada más lejos de la verdad. Rápidamente Martín sacaba a relucir su impecable tiro de media distancia y López lo acompañaba con un sensacional 2+1 remontando línea de fondo, aunque con la mala suerte de hacerse daño al caer. Ésta no era sino la primera de las geniales jugadas con que acabaría el tercer cuarto, primero continuada con un 2+1 de Martínez en el otro aro, después con grandes entradas (y posteriores tiros libres tras falta) de Del Val en los locales, un canastón de Ayuso de nuevo para Estudio y finalmente con una última jugada con varios jugadores de ambos equipos rodando por el suelo persiguiendo el balón mientras la bocina sonaba a duras penas entre el griterío de la grada. Admito que en esos momentos ante tal torrente de emociones y canastones me costaba mucho concentrarme, por lo que no supe el resultado hasta que miré por fin al marcador en el único momento de relax que encontré, con ambos equipos en sus banquillos: 43 – 44 en el marcador y el gimnasio convertido en una auténtica caldera a pesar del frío. ¿Valdeluz a semis? ¿Estudio venciendo a pesar de la que se le estaba cayendo encima? Si al principio tenía mis dudas, ahora ya si que era incapaz de responder a ninguna de las dos preguntas. Sólo podían hacerlo ellos en los ocho minutos (¿O serían más?) que quedaban. Y desde luego que deben ser buenos estudiantes los miembros de ambos equipos, porque ambos bandos salieron dispuestos a responder al “examen” lo más rápida y eficientemente que les fuera posible. Con las enésimas defensas presionantes y sin dar un respiro al contrario como protagonistas, sólo la genialidad en forma de pase de Del Val a Sanz para el 2+1 de éste rompían la tensión. Por primera vez en muchos minutos los Dragones conseguían ponerse por delante 46 – 44, lo que provocaba que la afición enloqueciera y se escuchasen gritos de “¡Que bote el pabellón!” Ante la atónita mirada de los jugadores de Estudio, que para colmo veían como en tras una competida lucha los ánimos se caldeaban y tanto Goñi como el banquillo recibían sendas técnicas. Tras los tiros libres los visitantes pedían tiempo muerto con un 48 – 44 ciertamente amenazante visto cómo estaba la situación, con un rival que se venía arriba y sólo cinco minutos por jugarse. No sé qué hablarían en ese pequeño descanso, pero lo cierto es que no me cuesta mucho imaginarlo: los Halcones volvían a la cancha plenos de intensidad y atosigaban a sus contrarios en defensa sin parar hasta conseguir que una ligera pérdida de concentración de éstos provocase que el partido de nuevo se viera empatado a 48. Estaba claro que era el momento de los valientes y de los que “están hechos de otra pasta”, signo que sin duda interpretaron perfectamente un enorme Martín en Valdeluz, acompañado por la ametralladora López y el desparpajo y calidad de Del Val, y en Estudio unos perfectos en ataque Llorente y Goñi, acompañados por la labor defensiva de un Aguado impresionante, que bien le valdría más tarde para ser el Mejor Jugador AND1 de su equipo. Así pues, con cada actor sabiendo su papel, sólo quedaba sentarse y disfrutar con un éxtasis de la obra que casi podría plasmarse en diapositivas: un aro pasado de Martín, contestado con un triple de Llorente, replicado éste por otro enorme tiro de “Sugar” López (porque esa mecánica se merecía ser Mejor Jugador AND1, definitivamente), otro tiro de media distancia del 10 local, un triple de Ruiz en el otro aro que parecía decir “¡pues yo también voy a entrar a la fiesta!”… Dicho así puede parecer frío y fácil, pero ciertamente fue una gozada, en serio. Quedaban 1:44 y el empate a 56 del marcador reclamaba que alguien lo resolviese. En esos momentos no podemos decir que la concentración de ninguno de los dos equipos se viera mermada en lo más mínimo, así que simplemente supongo que un conjunto vio recompensado por la suerte su extenuante esfuerzo y el otro no. Así llegaban unos últimos instantes donde los tiros libres de Llorente, un gran robo y posterior falta recibida por Ayuso y un colosal rebote ofensivo resuelto por Goñi casi decantaban la balanza ante unos Dragones donde Martín se resistía a aceptar eso con un gran tiro que colocaba un 58 – 61 en el electrónico a falta de 37 segundos. Tras un par de jugadas confusas llegaba la posibilidad para los locales de empatar o ponerse a uno… pero el poderío defensivo de Estudio terminó de emerger en el mejor momento: una sensacional defensa de Aguado sobre Del Val impidiéndole recibir el balón y un gorrazo impresionante de Llorente terminaban por dar el broche al extraterrestre partido que acabábamos de vivir. Un tiro libre del propio 21 amarillo acababa por cerrar el resultado: 58 – 62. Y con escalofríos del “gustito”, lo juro. Tras el pertinente saludo entre ambos equipos con unos jugadores de Valdeluz sabiendo mantener muy bien la compostura tras haberlo tenido muy muy cerca, tocaba el turno de que los protagonistas hablasen. Así, y ante una hinchada que había abandonado la grada para bajar a la cancha y seguir hondeando sus banderas y cantando sin parar, tomaba primero la palabra Aguado diciendo que había sido un grandísimo partido y luego López, agradeciendo el apoyo del público y felicitando a Estudio por haber vencido un partidazo como ése. Cerraba finalmente Pablo Martínez (al cual se le escapó un “ha sido una pasada…” antes de coger el micro) agradeciendo la presencia y apoyo de todos y avisando de que la Peque Copa llegaría más pronto que tarde. Mientras un servidor y Edu Candel (cuyas fotos recomiendo ver mientras se lee esto, ya que reflejan bastante bien todo lo vivido) recogíamos los bártulos y acabábamos marchándonos del pequeño pero aún abarrotado gimnasio, en cierto modo contentos, en cierto modo apenados… Y es que partidos como éste dan ganas de que no se acaben nunca. Valdeluz había demostrado que su nivel no era para caer en cuartos, sino una o dos rondas más adelante…o incluso no caer. La calma con que mantuvieron el tipo ante las embestidas visitantes, las variantes tácticas en la defensa, el saber atacar directamente el aro sin remilgos, el descaro de varios de sus jugadores, etc. Todos ellos motivos para darles una gran ovación, demostrando ser un equipazo a la altura de su increíble afición y al que hay ganas de volver a ver el año que viene. Y en frente qué decir, con un Estudio que solventó una papeleta que otros equipos con la misma calidad pero menor empaque no habrían sido capaces. Con el juego colectivo y sacrificado de siempre, representado perfectamente (y elevado a su máxima expresión) por tres puntales como Aguado, Llorente y Goñi, nos enseñan que no tienen nada que envidiar a sus triunfales predecesores, demostrando que tienen ganas y capacidad para llegar tan alto como ellos o más. Así que sólo se puede decir una cosa: mis más sinceras felicitaciones para ambos… y ojalá se vean muchos más partidos como éste en lo que queda de Copa Colegial 2011, ya que uno será raro, pero le encanta quedarse con los ojos como platos mirando una jugada genial tras otra, con el boli colgando abandonado de la mano y casi olvidando que tiene que apuntar cosas en la libreta… porque eso no es ya solo baloncesto, sino que acaba llegando a otro nivel. No sé, no me salen palabras para definirlo… ¡tendréis que seguir viniendo a la Copa Colegial para vivirlo! ¡¡Un saludo a todos y nos vemos en la próxima jornada de la Copa Colegial ABC 2011!!
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De locos... La Guarida del Dragón hizo honor a su fama ¡Que ambientazo! ¡Qué afición! ¡Que maravilla! Joge Aguado y Ernesto López dos craks en un partido en el cual todos lo fueron |