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Que la Copa Colegial ABC tiene algo “especial”, es algo que cada vez tengo más claro. La concentración previa de las jugadoras, la tensión que piden los técnicos y el apoyo de la grada, evidencian que el formato ‘competición del K.O’ hace que cada partido sea una cuestión de vida o muerte. Y, lógicamente, nadie quiere quedarse fuera a las primeras de cambio. Lo cierto es que ni Joyfe ni Cabrini merecieron quedarse fuera, las dos pelearon por estar en la siguiente ronda y se dejaron la piel en la cancha.
“Ya nos hemos enfrentado antes contra Joyfe y los resultados han sido muy ajustados”, señalaba en la previa el técnico visitante, Pablo Sánchez. En cuanto a sus jugadores comentaba que “sólo somos nueve jugadoras, de las que tres son cadetes. Además, hace tres semanas que Sara Buyo se ha incorporado al equipo, que ha venido este año a nuestro colegio desde el Valdeluz”. Por otro lado, el preparador local, José Vara, advertía que “las diferencias van a ser mínimas. Estoy seguro que ganará el que le ponga más ganas”.
Expectativas cumplidas
Pues no fue por falta de ganas. La anunciada igualdad fue la tónica que predominó sobre el pabellón del colegio Joyfe durante los treinta y dos minutos que duró el partido. Tras el salto inicial, las Canguros acusaron su ímpetu que se tradujo en una serie de errores no forzados en los primeros minutos. Si bien las locales dominaban el rebote, Cabrini, con los nervios más controlados, fue quien se adelantó primero en electrónico con un parcial de 0-5. Pero, rápidamente, de la mano de Irene Álvarez, que anotó ocho puntos consecutivos –con un triple incluido– le dio la vuelta al marcador 8-7. La reacción de las Canguros llevó a Pablo Sánchez a detener el partido a falta de dos minutos para la conclusión del primer período. El tiempo sirvió a las jugadoras visitantes para tomar un respiro y acabar el cuarto con tres puntos de diferencia 8-11.
En el segundo acto nada cambió. Los dos equipos peleaban por ser el mejor, tanto en la pista como en la grada, ya que Cabrini desplazó hasta cerca de cien aficionados para acompañar a sus chicas. Como dirían los ingleses: “You´ll never walk alone”. La buena actuación de la otra base local, Delia Nasarre, en la dirección de sus compañeras y la aportación en ataque de Sandra Fernández, hicieron que las chicas de José Vara no notaran la ausencia en la pista de Álvarez. Por su parte, las visitantes sí que se valían de los puntos de una acertadísima Andrea García, que fue la máxima anotadora del partido con 26 puntos. El partido estaba abierto, de esos que gusta ver, con intercambio de canastas, buenas defensas… Llegó la pausa del descanso y las expectativas estaban más que cumplidas: Igualdad máxima en el luminoso 20-22.
Exhibición de Andrea García
En la reanudación, llegó uno de los momentos más espectaculares de un partido que tuvo de todo. La mejor jugadora AND1 de su equipo, Andrea García, transmitió muy buenas sensaciones y dejó una propuesta sobre la pista para su candidatura al All-Star. Y no sólo por sus 26 puntos, sino por la manera en la que llegaron. Debajo del aro, dos aciertos consecutivos desde más allá de la línea de 6,25, desde la personal… Diez puntos consecutivos que lanzaron a las suyas a tomar la máxima ventaja a favor del partido +6 (28-34). Sin duda, fue la pieza clave de la escapada de su equipo, ya que no sólo producía en ataque sino que en defensa recuperó dos balones importantes. Su única lacra fueron las faltas. Además, Irene Presa y Sara Buyo hicieron un buen trabajo para colaborar a la escapada.
Pero, las locales se negaban a entregar el partido en el minuto 20. Era demasiado pronto para tirar la toalla. Su fe les llevó a acortar las diferencias 32-37, al final del período.
De la manera en la que comenzó el último y definitivo cuarto parecía que Cabrini tenía el partido en el bolsillo. Dos canastas de Marta Presa colocaron un peligroso 34-41 favorable a Cabrini que tocaron la moral de Joyfe. Pero, para alivio de la afición local, sus jugadoras se pusieron a trabajar para lograr la hombrada y remontar un partido que tenían cuesta abajo en los últimos cinco minutos. Y, ¡vaya si lo hicieron! Aparecieron todas: las Fernández, López y Álvarez. Esto llevó a que a falta de un minuto el marcador estuviese en un apretado 43-43.
El final fue no apto para cardíacos. Cada bando del público se entregó y dejó la voz para impulsar a las suyas. Tras un tiro libre de Clara Turrión (43-44), llegó una buena canasta –casi definitiva- de López. Quedaban sólo 20 segundos y Joyfe había logrado cerrar el rebote tras dos libres errados por Cabrini. Entonces fue cuando Irene Álvarez se adjudicó el título de mejor jugadora de su equipo en este partido. Ella es una de esas jugadoras que se sabe importante y le gusta aparecer en los momentos calientes. A parte de los 16 puntos que había anotado hasta entonces, cogió el balón en la última jugada, asumió la responsabilidad y tuvo la picardía de aguantar el tiempo botando y botando la pelota sin recibir una falta que el entrenador visitante pedía a gritos desde la banda. Cuando llegó la infracción, sólo quedaban dos segundos. Anotó el primero, falló el segundo y en la lucha por el rebote se esfumó el partido con el 46-44 final.
Las locales no merecieron perder por su cuestión de fe, la confianza en ellas mismas y la de su entrenador en que podían llevarse la victoria, pero las visitantes tampoco debieron quedarse fuera de esta competición, porque dominaron durante todo el choque a las Canguros y en muchos tramos fueron mejores.
Pero esta es la grandeza de este juego, que deja claro que partidos como éste hacen del baloncesto el deporte colegial más bonito del mundo ...